8/05/2017, 14:05
Esta vez Daruu no cayó en el mismo truco de Akame dos veces, y por eso Akame tenía probabilidades de salir peor parado que Daruu esa vez. La joven se mantenía un poco más lejana que los otros shinobi pues sus piernas no daban para más, así que cuando llegó al lugar donde ambos se encontraban, El Uchiha ya había intentado su jugada y el Amedama se encontraba tirado en el suelo de nuevo. La joven corrió y se quedó lo más cerca posible del de la Lluvia, más no sabía si acudir a socorrerle o esperar a que se calmase.
— ¡Daruu-san, por favor, no huyas más! — Pidió la joven sin moverse de su sitio. ¿Qué debería hacer? Podía atacarle y hacer que la escuchase por la fuerza o intentar darle un voto más de confianza a sus palabras, pero en ninguno de los casos estaba segura de que el chico escuchase. — ¿Crees que si de verdad estuviésemos buscándote para matarte, ya lo habríamos hecho? ¡Te has tropezado dos veces!
»Y en ambas hemos parado y hemos intentado dialogar contigo y escucharte, por favor, escúchanos a nosotros... ¡Lo que hicimos estuvo muy mal! Pero, ¿qué podíamos hacer? ¡Seguíamos órdenes de un superior! ¿Acaso tu no hubieras hecho lo mismo? Intenté frenarlo, fallé todos mis intentos, ¡porque no quería hacerlo! — Explicó con el tono de voz demasiado agudo de lo normal. — No tuvimos elección, y por suerte tu supiste jugar tus cartas de la mejor forma posible. — Alegó ya más tranquila mientras dejaba caer sus hombros. — Hicimos lo que dijiste: se lo reportamos a un superior, y no a un superior cualquiera, Uzukage-sama nos escuchó, y nos pidió... — Hizo una pausa pensando en el pergamino. — Que te buscásemos y pidiéramos perdón por nuestros actos y por los del chuunin, obramos de una forma pésima, y por eso ruego por tu perdón, lo siento mucho Daruu-san.
No sabía si habría escuchado todo el discurso, o si Akame había incidido o simplemente había hecho algo, todo lo que dejó salir lo dijo de corazón y por ello lo único que quería era que Daruu escuchase sus palabras, era lo único que quería, de verdad.
— ¡Daruu-san, por favor, no huyas más! — Pidió la joven sin moverse de su sitio. ¿Qué debería hacer? Podía atacarle y hacer que la escuchase por la fuerza o intentar darle un voto más de confianza a sus palabras, pero en ninguno de los casos estaba segura de que el chico escuchase. — ¿Crees que si de verdad estuviésemos buscándote para matarte, ya lo habríamos hecho? ¡Te has tropezado dos veces!
»Y en ambas hemos parado y hemos intentado dialogar contigo y escucharte, por favor, escúchanos a nosotros... ¡Lo que hicimos estuvo muy mal! Pero, ¿qué podíamos hacer? ¡Seguíamos órdenes de un superior! ¿Acaso tu no hubieras hecho lo mismo? Intenté frenarlo, fallé todos mis intentos, ¡porque no quería hacerlo! — Explicó con el tono de voz demasiado agudo de lo normal. — No tuvimos elección, y por suerte tu supiste jugar tus cartas de la mejor forma posible. — Alegó ya más tranquila mientras dejaba caer sus hombros. — Hicimos lo que dijiste: se lo reportamos a un superior, y no a un superior cualquiera, Uzukage-sama nos escuchó, y nos pidió... — Hizo una pausa pensando en el pergamino. — Que te buscásemos y pidiéramos perdón por nuestros actos y por los del chuunin, obramos de una forma pésima, y por eso ruego por tu perdón, lo siento mucho Daruu-san.
No sabía si habría escuchado todo el discurso, o si Akame había incidido o simplemente había hecho algo, todo lo que dejó salir lo dijo de corazón y por ello lo único que quería era que Daruu escuchase sus palabras, era lo único que quería, de verdad.