8/05/2017, 16:29
Ajeno a cuanto estaba ocurriendo, el Uchiha siguió roncando a pierna suelta, sólo deteniéndose de vez en cuando para toser y escupir —sin incorporarse— un salivazo poco higiénico. En su cabeza, embotada por el alcohol, ni las furiosas palabras de Eri ni lo que dijese Haskoz a continuación gozaría de relevancia en aquel momento.
¿La mañana siguiente? Eso ya sería otro cantar.
¿La mañana siguiente? Eso ya sería otro cantar.