24/06/2015, 02:48
El Ishimura se encontraba un poco distraído. Entre el dolor que aun le aquejaba y la necesidad de concentrarse en lo que buscaba, poco fue lo que escucho de las palabras de Nabi. Palabras que se vieron reducidas a un gorjeo de pavo cuando el peliblanco se bajo del muro antes de que su compañero pudiera exponer su discurso.
«Cielos, tenemos que alcanzarlo antes de que se marche» —Era en aquel momento, lo único importante en la mente del ojos grises.
Se giro sobre sí mismo un instante para contestarle a Juro.
—No, no es mío —aseguro con cierto aire de confusión— Ya veo… Seguro pensáis que es un carruaje. En realidad no estoy seguro de cómo se ha de llamar, pero eso poco importa. Ya verán de que se trata cuando le alcancemos.
Habiendo dicho esas palabras, Kazuma salió con prisa tras el vehículo, que a pesar de moverse con gran lentitud, se encontraba por lo menos a una cuadra de distancia. En aquel momento seguramente hubiera deseado tener una mayor resistencia. Aunque tomando en cuenta su constitución física y todo el jaleo del que había sido participe, era de esperarse que al haber trotado un tercio de la distancia total, tuviera que apoyarse en el muro a causa del cansancio.
—Vamos chicos —fue lo que se escucho por sobre su agitada respiración.
El joven de piel morena se encontraba ansioso, aunque sus compañeros parecían tomárselo con más calma. Quizás aquel ánimo se les contagiara cuando se acercaran más al carro y de forma unísona vieran una nube de vapor subiendo del mismo, mientras que el aire se vería inundado por un cautivador olor a especias, aceite hirviendo y carne asada.
Contando con aquello, se adelanto hasta su objetivo mientras esperaba a sus compañeros de equipo.
«Cielos, tenemos que alcanzarlo antes de que se marche» —Era en aquel momento, lo único importante en la mente del ojos grises.
Se giro sobre sí mismo un instante para contestarle a Juro.
—No, no es mío —aseguro con cierto aire de confusión— Ya veo… Seguro pensáis que es un carruaje. En realidad no estoy seguro de cómo se ha de llamar, pero eso poco importa. Ya verán de que se trata cuando le alcancemos.
Habiendo dicho esas palabras, Kazuma salió con prisa tras el vehículo, que a pesar de moverse con gran lentitud, se encontraba por lo menos a una cuadra de distancia. En aquel momento seguramente hubiera deseado tener una mayor resistencia. Aunque tomando en cuenta su constitución física y todo el jaleo del que había sido participe, era de esperarse que al haber trotado un tercio de la distancia total, tuviera que apoyarse en el muro a causa del cansancio.
—Vamos chicos —fue lo que se escucho por sobre su agitada respiración.
El joven de piel morena se encontraba ansioso, aunque sus compañeros parecían tomárselo con más calma. Quizás aquel ánimo se les contagiara cuando se acercaran más al carro y de forma unísona vieran una nube de vapor subiendo del mismo, mientras que el aire se vería inundado por un cautivador olor a especias, aceite hirviendo y carne asada.
Contando con aquello, se adelanto hasta su objetivo mientras esperaba a sus compañeros de equipo.