9/05/2017, 22:46
(Última modificación: 9/05/2017, 22:51 por Uchiha Datsue.)
—¡Fuera de aquí! ¡Fuera de aquí le he dicho!
Un muchacho de cabellos negros atados en un simple moño salió trastabillado por la puerta de una herrería.
—¡E-está cometiendo un grave error! —exclamó, indignado, una vez recompuesto.
—¡El error ha sido dejarle abrir la boca para soltar esa sarda de… de…!
—¡Una propuesta de lo más decente! —le ayudó Datsue, pese a saber que el herrero no estaba a punto de decir eso—. Que beneficiaría a ambas partes. Un negocio dentro de la más estricta legalidad.
—¿¡Estricta legalidad!? ¿¡ESTRICTA LEGALIDAD!? —Sus ojos, teñidos de negro por el humo y el carbón, emitían un destello iracundo, mientras expulsaba un suspiro explosivo por la nariz que hacía temblar su inmenso y poblado bigote blanco—. ¡Que tenemos un pacto, hombre! ¡El gremio ha fijado los precios por algo! Y tú quieres que… quieres que…
Que haya competencia. Por Shiona, que en paz descanse, ¡sí! Pero apretó los dientes y no dijo nada, consciente de que ahora se encontraba en plena calle, donde las corrientes de aire se llevaban las palabras a más de algún oído indeseado.
—Lamento las molestias ocasionadas, herrero-san —Datsue realizó una florida reverencia—. Ya me iba.
Furioso, giró sobre sus talones y avanzó calle arriba, maldiciendo por lo bajo todo tipo de insultos y palabras malsonantes. Okane, su socio, le había recomendado aquel herrero para tratar de conseguir una rebaja de precio en las armas que importaban de allí. Un tipo con la mente abierta, le había dicho. Dispuesto a dialogar.
Le voy a decir yo lo que es mente abierta. Maldito rufián, el tipo debe tener algún tipo de ascendencia de la Ribera del Sur, ¡sino no me explico!
Un muchacho de cabellos negros atados en un simple moño salió trastabillado por la puerta de una herrería.
—¡E-está cometiendo un grave error! —exclamó, indignado, una vez recompuesto.
—¡El error ha sido dejarle abrir la boca para soltar esa sarda de… de…!
—¡Una propuesta de lo más decente! —le ayudó Datsue, pese a saber que el herrero no estaba a punto de decir eso—. Que beneficiaría a ambas partes. Un negocio dentro de la más estricta legalidad.
—¿¡Estricta legalidad!? ¿¡ESTRICTA LEGALIDAD!? —Sus ojos, teñidos de negro por el humo y el carbón, emitían un destello iracundo, mientras expulsaba un suspiro explosivo por la nariz que hacía temblar su inmenso y poblado bigote blanco—. ¡Que tenemos un pacto, hombre! ¡El gremio ha fijado los precios por algo! Y tú quieres que… quieres que…
Que haya competencia. Por Shiona, que en paz descanse, ¡sí! Pero apretó los dientes y no dijo nada, consciente de que ahora se encontraba en plena calle, donde las corrientes de aire se llevaban las palabras a más de algún oído indeseado.
—Lamento las molestias ocasionadas, herrero-san —Datsue realizó una florida reverencia—. Ya me iba.
Furioso, giró sobre sus talones y avanzó calle arriba, maldiciendo por lo bajo todo tipo de insultos y palabras malsonantes. Okane, su socio, le había recomendado aquel herrero para tratar de conseguir una rebaja de precio en las armas que importaban de allí. Un tipo con la mente abierta, le había dicho. Dispuesto a dialogar.
Le voy a decir yo lo que es mente abierta. Maldito rufián, el tipo debe tener algún tipo de ascendencia de la Ribera del Sur, ¡sino no me explico!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado