10/05/2017, 19:15
«Diablos, ¡y aún por encima con sentido del humor!»
Datsue estalló en risas ante la broma de la chica. No demasiado altas ni prolongadas, pues aquello podría indicar simple adulación, lo cual denotaba un interés excesivo por su parte en ella, cosa que todavía no quería mostrar. Pero tampoco cortas ni tímidas, pues podría hacerla pensar que en realidad no le había hecho gracia el chiste, y que tan solo se reía por educación.
¿Qué cómo sabía todos aquellos sutiles detalles? Gracias a Genji Monogatari, el protagonista de un libro que se paseaba por medio mundo conquistando a toda mujer que se le cruzase por el camino. Todavía no lo había acabado, pero Datsue ya había aprendido más de un truco de aquel ávido e intrépido personaje.
Akame, por otro lado, pareció ruborizarse y, ni corto ni perezoso, afirmo que ninguno de los dos quería casarse con ella. Tuvo que contenerse para no darle un codazo en plena quijada. «¡Habla por ti, mamón!»
Pero no le dio tiempo a apostillar nada. El hombre que tan amablemente les había invitado a ellos y a la chica intervino, quitándole el momento. Y cuando ya estaba abriendo la boca para soltar algún comentario jocoso apareció la camarera. «¡Maldita sea, Genji no tenía estos obstáculos!»
—Una botella de shōchū para mí también, gracias —añadió, tras el hombre. No tenía ni idea de lo que era ni le interesaba saberlo. Lo único que le importaba en aquel momento era ella… pero no debía mostrarlo. No todavía.
En su lugar, paseó la mirada por el salón como si le importase un carajo todo aquel espectáculo que estaban a punto de presenciar. Posó una mano en la mesa, dando golpecillos con la punta del dedo anular sobre la superficie. El dedo donde tenía tatuado un diamante.
Datsue estalló en risas ante la broma de la chica. No demasiado altas ni prolongadas, pues aquello podría indicar simple adulación, lo cual denotaba un interés excesivo por su parte en ella, cosa que todavía no quería mostrar. Pero tampoco cortas ni tímidas, pues podría hacerla pensar que en realidad no le había hecho gracia el chiste, y que tan solo se reía por educación.
¿Qué cómo sabía todos aquellos sutiles detalles? Gracias a Genji Monogatari, el protagonista de un libro que se paseaba por medio mundo conquistando a toda mujer que se le cruzase por el camino. Todavía no lo había acabado, pero Datsue ya había aprendido más de un truco de aquel ávido e intrépido personaje.
Akame, por otro lado, pareció ruborizarse y, ni corto ni perezoso, afirmo que ninguno de los dos quería casarse con ella. Tuvo que contenerse para no darle un codazo en plena quijada. «¡Habla por ti, mamón!»
Pero no le dio tiempo a apostillar nada. El hombre que tan amablemente les había invitado a ellos y a la chica intervino, quitándole el momento. Y cuando ya estaba abriendo la boca para soltar algún comentario jocoso apareció la camarera. «¡Maldita sea, Genji no tenía estos obstáculos!»
—Una botella de shōchū para mí también, gracias —añadió, tras el hombre. No tenía ni idea de lo que era ni le interesaba saberlo. Lo único que le importaba en aquel momento era ella… pero no debía mostrarlo. No todavía.
En su lugar, paseó la mirada por el salón como si le importase un carajo todo aquel espectáculo que estaban a punto de presenciar. Posó una mano en la mesa, dando golpecillos con la punta del dedo anular sobre la superficie. El dedo donde tenía tatuado un diamante.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado