12/05/2017, 04:10
(Última modificación: 12/05/2017, 04:11 por Uchiha Datsue.)
A medida que se internaban cada vez más en el humo y el calor de aquel sofocante pueblo, Datsue se sacudía más y más la camisa, agobiado por las temperaturas tan altas y el aire tan cargado. Un par de gotas de sudor resbalaron por su frente, detenida tan solo por sus negras cejas. Le daban ganas de quitarse la camiseta y echarse una botella de agua bien fría encima, pero no tenía ni botella ni agallas para hacerlo en público.
Finalmente, el joven les llevó hasta un galpón que le recordó inevitablemente a los que había en Shinogi-to. El Uchiha había estado allí una vez, acompañado de una fiel amiga, quién le había insistido y asegurado que allí se encontraban los mejores y más famosos tatuadores de todo Oonindo. Pese a que ya había pasado mucho tiempo, recordaba aquel día en el que se había hecho el —por ahora— único tatuaje en el dedo como si fuera ayer.
Datsue se sentó en la silla que le ofrecía, mientras echaba una ojeada al interior del galpón y a las dos personas que charlaban en otra esquina. ¿Sería uno de ellos el famoso Soroku? La voz del joven le sacó de su ensimismamiento:
—Tú, me temo que aún no sé tu nombre. ¿Cómo te llamas?
Ah, y allí llegaba la pregunta, tan esperada como el fracaso de un Kusareño en una misión. Datsue no había mencionado su nombre aposta, temeroso de que aquello pudiese provocarle algún problema en el futuro. Si decía algo que no debía, si metía la pata, el chico tan solo tenía que poner pies en polvorosa y no volver en un buen tiempo. Pero si daba a saber su nombre era distinto. Conocer el nombre de alguien era algo valioso. Una de las informaciones mejor pagadas en según qué sitios, y según qué nombres.
Pero Riko estaba allí, y no sabía si le seguiría el juego o, en cambio, le delataría cuando oyese un nombre que no correspondía con el suyo. Teniendo en cuenta que había delatado a toda su clase por… nada, la respuesta a su duda estaba más que clara.
—Sakamoto Datsue —respondió finalmente. No, no era su apellido, pero quizá eso Riko no lo supiese. Después de todo, ni siquiera habían compartido clase—.
Finalmente, el joven les llevó hasta un galpón que le recordó inevitablemente a los que había en Shinogi-to. El Uchiha había estado allí una vez, acompañado de una fiel amiga, quién le había insistido y asegurado que allí se encontraban los mejores y más famosos tatuadores de todo Oonindo. Pese a que ya había pasado mucho tiempo, recordaba aquel día en el que se había hecho el —por ahora— único tatuaje en el dedo como si fuera ayer.
Datsue se sentó en la silla que le ofrecía, mientras echaba una ojeada al interior del galpón y a las dos personas que charlaban en otra esquina. ¿Sería uno de ellos el famoso Soroku? La voz del joven le sacó de su ensimismamiento:
—Tú, me temo que aún no sé tu nombre. ¿Cómo te llamas?
Ah, y allí llegaba la pregunta, tan esperada como el fracaso de un Kusareño en una misión. Datsue no había mencionado su nombre aposta, temeroso de que aquello pudiese provocarle algún problema en el futuro. Si decía algo que no debía, si metía la pata, el chico tan solo tenía que poner pies en polvorosa y no volver en un buen tiempo. Pero si daba a saber su nombre era distinto. Conocer el nombre de alguien era algo valioso. Una de las informaciones mejor pagadas en según qué sitios, y según qué nombres.
Pero Riko estaba allí, y no sabía si le seguiría el juego o, en cambio, le delataría cuando oyese un nombre que no correspondía con el suyo. Teniendo en cuenta que había delatado a toda su clase por… nada, la respuesta a su duda estaba más que clara.
—Sakamoto Datsue —respondió finalmente. No, no era su apellido, pero quizá eso Riko no lo supiese. Después de todo, ni siquiera habían compartido clase—.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado