14/05/2017, 21:25
Ya había pasado demasiado tiempo desde la última vez que la chica se dignó a pedirse una misión, es decir que se había tomado demasiado tiempo para “recuperarse” de lo ocurrido, que en sí solo le tomó unos cuatro días de reposo sin nada especial.
De cualquier manera, ese día la chica se había levantado con bastante pereza y luego de completar su ritual mañanero se dirigió hacia el edificio del Morikage, donde con un poco de suerte estaría un par de minutos y se podría retirar a cumplir con el encargo que le asignasen. Muy probablemente sea otra misión de rango D, si total, la chica solo había hecho una cosa en toda su vida y había sido buscar un gato que casi la mata.
~Si se vuelve a hacer el gracioso con esos bichos le meto el pergamino por el culo ~pensaba al momento de cruzar el umbral de la puerta principal del edificio.
No era un día que Ritsuko definiría como bonito, hacía un calor de todos los diablos y por ello había decidido pasarse sin la gabardina que la haría sudar como una cerda y en el interior del recinto la temperatura no parecía mejorar en lo más mínimo, cosa que seguramente tendría de mal humor a los encargados y eso pero no quedaba de otra, la chica necesitaba dinero y de paso tenía que ganar cierta confianza de parte de sus superiores si quería participar de los exámenes chuunin…
—Buenos días —saludó acercándose al mostrador más cercano y donde había sido atendida la última vez—. Quería solicitar una misión.
Acompañando a sus palabras, la pelirroja comenzó a desanudar la bandana que traía atada a la cintura con el simple propósito de enseñarla a modo de comprobante para el empleado de turno. El nombre seguramente lo sabría, después de todo en las calles de la aldea no había prácticamente nadie que no la reconociera salvo las generaciones más jóvenes que por algún extraño motivo no se enteran de nada.
—Kazama Ritsuko, genin con solo una misión rango D cumplida. —Y con eso concluiría su presentación.
Seguro le caía otra de rango D, y no se haría problema a no ser que le manden a buscar más gatos. ~Putos gatos ~Pensaba mientras rezaba a cuanto dios recordaba de cuentos y demás estupideces con tal de que no la manden con otro de esos animales endemoniados.
De cualquier manera, ese día la chica se había levantado con bastante pereza y luego de completar su ritual mañanero se dirigió hacia el edificio del Morikage, donde con un poco de suerte estaría un par de minutos y se podría retirar a cumplir con el encargo que le asignasen. Muy probablemente sea otra misión de rango D, si total, la chica solo había hecho una cosa en toda su vida y había sido buscar un gato que casi la mata.
~Si se vuelve a hacer el gracioso con esos bichos le meto el pergamino por el culo ~pensaba al momento de cruzar el umbral de la puerta principal del edificio.
No era un día que Ritsuko definiría como bonito, hacía un calor de todos los diablos y por ello había decidido pasarse sin la gabardina que la haría sudar como una cerda y en el interior del recinto la temperatura no parecía mejorar en lo más mínimo, cosa que seguramente tendría de mal humor a los encargados y eso pero no quedaba de otra, la chica necesitaba dinero y de paso tenía que ganar cierta confianza de parte de sus superiores si quería participar de los exámenes chuunin…
—Buenos días —saludó acercándose al mostrador más cercano y donde había sido atendida la última vez—. Quería solicitar una misión.
Acompañando a sus palabras, la pelirroja comenzó a desanudar la bandana que traía atada a la cintura con el simple propósito de enseñarla a modo de comprobante para el empleado de turno. El nombre seguramente lo sabría, después de todo en las calles de la aldea no había prácticamente nadie que no la reconociera salvo las generaciones más jóvenes que por algún extraño motivo no se enteran de nada.
—Kazama Ritsuko, genin con solo una misión rango D cumplida. —Y con eso concluiría su presentación.
Seguro le caía otra de rango D, y no se haría problema a no ser que le manden a buscar más gatos. ~Putos gatos ~Pensaba mientras rezaba a cuanto dios recordaba de cuentos y demás estupideces con tal de que no la manden con otro de esos animales endemoniados.