18/05/2017, 03:08
Luego de cargarse a uno de los clones, Noemi se llevó un golpe gratuito en la sien que la hizo tambalearse aturdida por un momento, esos golpes por muy leves que fueran siempre podían terminar siendo bastante serios pero por suerte la chica seguía consciente y de pie, aunque ya de por sí le estaba costando horrores por la pierna que se le había terminado hinchando.
«Empiezo a creer que no valió la pena todo este viaje »pensaba de mala gana mientras avanzaba algo más lento que antes. La pierna estaba empeorando y para colmo el golpe que se había llevado la tenía un tanto mareada.
Poco después de llegar a la ubicación de todos los demás soldados, la rubia pudo ver perfectamente como su compañero de la aldea se retorcía un tanto por lo que parecía ser una herida, ahora los clones resultaban ser buenos con los arcos y seguramente darían bastante problemas a los shinobis, pero de todas maneras, el Uchiha arremetió contra algunos clones y acompañado por el soldado del bigote se terminaron cargando dos enemigos, solo faltaba uno pero ella al menos no podría alcanzarlo de ninguna manera sin toparse con los engendros restantes.
Por su parte, la sirvienta Sakamoto tras eliminar los pocos clones restantes que amenazaban a su escuadra, sintió un gran alivio de seguir respirando pese a la herida que la había tenido tan mal. Pero claro, la lucha por otros sectores continuaba y seguramente la idea más próxima de la chica sería ir con todos los soldados restantes a socorrer a Noemi, pero alguien le había ganado de mano y más allá de estarle sumamente agradecida, ya no tenía mucho sentido concentrar semejante cantidad de soldados allí.
—Vayan con el peli-blanco y el peli-azul, y por favor, déjame el caballo —fueron las débiles palabras de la sirvienta antes de galopar en dirección al grupo de Noemi.
Los soldados simplemente acataron las órdenes y se dirigieron al encuentro con otra de las escuadras mientras que Maki se acercó rápidamente al lugar donde Akame y Toturi luchaban.
En ese momento pudo divisar perfectamente como tres clones más eran eliminados rápidamente por Akame y Toturi así que, restándoles solo cuatro enemigos, la chica no sintió verdadera necesidad de atacar, de lo contrario podría llegar a dañar a alguno de sus compañeros.
En su lugar, la sirvienta se mantuvo un tanto al margen, esperaría al mejor momento para acercarse a la Sakamoto y así compartir montura, de lo contrario correría el riesgo de perder al animal por el ataque de alguno de los clones.
«Empiezo a creer que no valió la pena todo este viaje »pensaba de mala gana mientras avanzaba algo más lento que antes. La pierna estaba empeorando y para colmo el golpe que se había llevado la tenía un tanto mareada.
Poco después de llegar a la ubicación de todos los demás soldados, la rubia pudo ver perfectamente como su compañero de la aldea se retorcía un tanto por lo que parecía ser una herida, ahora los clones resultaban ser buenos con los arcos y seguramente darían bastante problemas a los shinobis, pero de todas maneras, el Uchiha arremetió contra algunos clones y acompañado por el soldado del bigote se terminaron cargando dos enemigos, solo faltaba uno pero ella al menos no podría alcanzarlo de ninguna manera sin toparse con los engendros restantes.
Por su parte, la sirvienta Sakamoto tras eliminar los pocos clones restantes que amenazaban a su escuadra, sintió un gran alivio de seguir respirando pese a la herida que la había tenido tan mal. Pero claro, la lucha por otros sectores continuaba y seguramente la idea más próxima de la chica sería ir con todos los soldados restantes a socorrer a Noemi, pero alguien le había ganado de mano y más allá de estarle sumamente agradecida, ya no tenía mucho sentido concentrar semejante cantidad de soldados allí.
—Vayan con el peli-blanco y el peli-azul, y por favor, déjame el caballo —fueron las débiles palabras de la sirvienta antes de galopar en dirección al grupo de Noemi.
Los soldados simplemente acataron las órdenes y se dirigieron al encuentro con otra de las escuadras mientras que Maki se acercó rápidamente al lugar donde Akame y Toturi luchaban.
En ese momento pudo divisar perfectamente como tres clones más eran eliminados rápidamente por Akame y Toturi así que, restándoles solo cuatro enemigos, la chica no sintió verdadera necesidad de atacar, de lo contrario podría llegar a dañar a alguno de sus compañeros.
En su lugar, la sirvienta se mantuvo un tanto al margen, esperaría al mejor momento para acercarse a la Sakamoto y así compartir montura, de lo contrario correría el riesgo de perder al animal por el ataque de alguno de los clones.