21/05/2017, 16:32
Aunque fue algo que me salió del alma y que pensé en voz baja no tardé en adquirir respuestas ante mi exclamación. La primera del tipo que justamente tenía a mi lado el cual me dio su nombre. Luego se acercó el abrelatas con patas para soltar su perlita de turno.
—Inhumana va a quedar tu cara de muerde almohada cuando te zurre la bocaza a hostias, gilipollas.
Como muchos supondrían, aquellos que me conocen bien, no podía omitir esa vacilada con mi propia vacilada pero un tipo que lucía dos trenzas a lado y lado de su cabeza hizo antes un chiste, el cual pasé por alto, lo escuché pero estaba liado con el tal Kaido.
— No dudo que serías capaz de intentarlo pero antes de amenazarme analiza las cosas, machote, ¿Qué crees que pasaria si te pones a intentar pegarme aquí en medio? Aunque quien sabe, lo mismo los calabozos de esta aldea son cómodos — dije, guiñándole el ojo derecho y mostrandole una sonrisa de lo más falsa.
De pronto se pusieron a hablar los 3 de los motivos que les habían traído hasta el lugar. Por Dios, era evidente el por qué estábamos todos allí. El dinero movía montañas, en este caso de gente. Estaba convencido de que en el puerto de La Capital habría bastante movimiento de gente en un día normal pero es que prácticamente todo el bullicio se focalizaba ante aquellos barcos que teníamos en nuestras narices.
Mientras esperábamos instrucciones esperaría pacientemente tomando uno de mis caramelos, de aquellos que tenía guardados en la petaca de mi bolsillo.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa