22/05/2017, 02:00
Pese a tantos peros que Soroku iba hilvanando uno tras otro, el Uchiha se encontraba cada vez más ilusionado y optimista. Sí, el herrero ponía pegas a todo, pero no se negaba en redondo, y eso era mucho más de lo que hubiese podido esperar tras la desilusión y el batacazo que se había llevado con Yuunisho. Soroku le dejaba un hilo del que tirar, y eso era todo lo que alguien como él podía pedir.
—Oh, vamos, vamos —dijo, como quitándole importancia al peso de la marca del hierro—. Llevo todo el peso de una nación a mis espaldas. Estos escuálidos hombros soportan más de lo que parece, créame.
Entrelazó los dedos de las manos y se inclinó hacia adelante. Más que achantado, el Uchiha reflejaba mayor entusiasmo que nunca.
—Y respecto a lo demás… La exclusividad, la dificultad de las patentes y todo eso… bah —hizo un ademán con la mano, como diciendo que aquello eran simples pormenores—. Pequeños flecos que usted y yo podemos zanjar en un santiamén. Detalles, Soroku, detalles. ¿Qué le parece demasiado una exclusividad de seis meses? Lo reducimos a tres, y compensamos mi pérdida con otro acuerdo exclusivo: me vendéis más barato a mí los productos que yo ideo. Después de todo, es lo justo, ¿no? Es como si os cobrase por la invención, cosa que cualquiera en mi lugar haría…
Separó las manos y dejó que los dedos de una empezasen a golpear suavemente la superficie de la mesa, en un ritmo caótico y ágil. El sonido de unas monedas cayendo al suelo. El sonido del dinero.
—Y respecto a la dudosa viabilidad de mis ideas… Por Ama-Tsu-Mara, no creerá que he venido con las manos vacías, ¿verdad? He traído conmigo una de esas ideas ya forjadas. Una demostración de lo que mi ingenio puede fabricar con el servicio de unas manos toscas… solo para que se imagine lo que haría con unas expertas como las vuestras. Puedo enseñárselo cuando quiera, aunque antes… —le habían advertido dos veces, y solo un tonto hacía caso omiso a dos señales de peligro en un mismo camino—. ¿Cuál sería mi parte del trato? Los dos habláis de lo pesado que es la marca del hierro, pero ninguno me ha explicado todavía qué tendría que hacer.
—Oh, vamos, vamos —dijo, como quitándole importancia al peso de la marca del hierro—. Llevo todo el peso de una nación a mis espaldas. Estos escuálidos hombros soportan más de lo que parece, créame.
Entrelazó los dedos de las manos y se inclinó hacia adelante. Más que achantado, el Uchiha reflejaba mayor entusiasmo que nunca.
—Y respecto a lo demás… La exclusividad, la dificultad de las patentes y todo eso… bah —hizo un ademán con la mano, como diciendo que aquello eran simples pormenores—. Pequeños flecos que usted y yo podemos zanjar en un santiamén. Detalles, Soroku, detalles. ¿Qué le parece demasiado una exclusividad de seis meses? Lo reducimos a tres, y compensamos mi pérdida con otro acuerdo exclusivo: me vendéis más barato a mí los productos que yo ideo. Después de todo, es lo justo, ¿no? Es como si os cobrase por la invención, cosa que cualquiera en mi lugar haría…
Separó las manos y dejó que los dedos de una empezasen a golpear suavemente la superficie de la mesa, en un ritmo caótico y ágil. El sonido de unas monedas cayendo al suelo. El sonido del dinero.
—Y respecto a la dudosa viabilidad de mis ideas… Por Ama-Tsu-Mara, no creerá que he venido con las manos vacías, ¿verdad? He traído conmigo una de esas ideas ya forjadas. Una demostración de lo que mi ingenio puede fabricar con el servicio de unas manos toscas… solo para que se imagine lo que haría con unas expertas como las vuestras. Puedo enseñárselo cuando quiera, aunque antes… —le habían advertido dos veces, y solo un tonto hacía caso omiso a dos señales de peligro en un mismo camino—. ¿Cuál sería mi parte del trato? Los dos habláis de lo pesado que es la marca del hierro, pero ninguno me ha explicado todavía qué tendría que hacer.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado