23/05/2017, 00:00
(Última modificación: 23/05/2017, 00:02 por Uchiha Datsue.)
El Uchiha no se hizo de rogar ante la primera pregunta, respondiéndola al vuelo:
—Pues aquí mi amigo Riko y yo —ahora que le convenía tener de su lado a su compañero, rompió de improvisto aquella barrera imaginaria que había interpuesto entre ellos dos, dándole una fuerte palmada en el hombro, como si fuesen amigos de toda la vida—, nos dedicamos día sí y día también a ese tipo de menesteres. Podríamos decir que es nuestro pan de cada día en cuánto a misiones.
«Excepto cuando nos mandan rescatar gatitos de lo alto de un árbol, claro. Cosa que juraría es el 99,99% de las veces… El resto de las veces, ahora que me doy cuenta, es impedir a esos mismos gatos hacer alguna de sus fechorías. Joder, tengo que darles las gracias algún día. ¡De no ser por ellos no tendría sueldo!»
El herrero, sin embargo, pareció creer sus palabras, y en seguida empezó a relatarle en qué consistiría su encargo: convencer a alguien de que pagase su deuda. El Uchiha asintió, mientras iba asimilando toda la información, a la vez que echaba un vistazo de reojo a Riko… No parecía ser un profesional como Akame, pero su ayuda no le vendría nada mal en un asunto como aquél. Tenía que convencerle, fuese como fuese…
—Sellemos pues el trato, socio...
La voz de Shinjaka le puso los pelos de punta, y más se los puso lo que traía entre manos. Un hierro candente, al rojo vivo, se acercaba peligrosamente a su posición. Datsue lo contempló con ojos muy abiertos, desorbitados. Luego, su mirada pasó al brazo de Soroku, y luego otra vez al hierro, y luego otra vez a Soroku... ¡Aquel cabrón tenía la marca hecha en tatuaje! ¡En tatuaje! ¿Y a él querían calcinarle la piel?
Pese a que hacía tan solo unos segundos había hasta ofrecido su brazo para tal propósito, ahora ya no lo veía tan claro…
—Ehm… Riko, amigo mío —dijo, agarrándole de la sudadera y tirando hacia él—. Has estado muy callado todo este tiempo —Datsue seguía sin desviar la mirada del hierro candente, que atraían sus ojos como un poderoso imán—. Dime, ¿no quieres recibir tú la marca en mi lugar? ¡Seamos socios en esto, camarada! Te llevarás el 30% de los beneficios. Que digo el treinta… ¡EL CINCUENTA!
—Pues aquí mi amigo Riko y yo —ahora que le convenía tener de su lado a su compañero, rompió de improvisto aquella barrera imaginaria que había interpuesto entre ellos dos, dándole una fuerte palmada en el hombro, como si fuesen amigos de toda la vida—, nos dedicamos día sí y día también a ese tipo de menesteres. Podríamos decir que es nuestro pan de cada día en cuánto a misiones.
«Excepto cuando nos mandan rescatar gatitos de lo alto de un árbol, claro. Cosa que juraría es el 99,99% de las veces… El resto de las veces, ahora que me doy cuenta, es impedir a esos mismos gatos hacer alguna de sus fechorías. Joder, tengo que darles las gracias algún día. ¡De no ser por ellos no tendría sueldo!»
El herrero, sin embargo, pareció creer sus palabras, y en seguida empezó a relatarle en qué consistiría su encargo: convencer a alguien de que pagase su deuda. El Uchiha asintió, mientras iba asimilando toda la información, a la vez que echaba un vistazo de reojo a Riko… No parecía ser un profesional como Akame, pero su ayuda no le vendría nada mal en un asunto como aquél. Tenía que convencerle, fuese como fuese…
—Sellemos pues el trato, socio...
La voz de Shinjaka le puso los pelos de punta, y más se los puso lo que traía entre manos. Un hierro candente, al rojo vivo, se acercaba peligrosamente a su posición. Datsue lo contempló con ojos muy abiertos, desorbitados. Luego, su mirada pasó al brazo de Soroku, y luego otra vez al hierro, y luego otra vez a Soroku... ¡Aquel cabrón tenía la marca hecha en tatuaje! ¡En tatuaje! ¿Y a él querían calcinarle la piel?
Pese a que hacía tan solo unos segundos había hasta ofrecido su brazo para tal propósito, ahora ya no lo veía tan claro…
—Ehm… Riko, amigo mío —dijo, agarrándole de la sudadera y tirando hacia él—. Has estado muy callado todo este tiempo —Datsue seguía sin desviar la mirada del hierro candente, que atraían sus ojos como un poderoso imán—. Dime, ¿no quieres recibir tú la marca en mi lugar? ¡Seamos socios en esto, camarada! Te llevarás el 30% de los beneficios. Que digo el treinta… ¡EL CINCUENTA!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado