24/05/2017, 16:31
(Última modificación: 29/07/2017, 02:35 por Amedama Daruu.)
Finalmente la paciencia de Daruu salió a flote y tomó posesión de su cuerpo y sus movimientos. Se levantó y corrió la silla para poner luego sus manos sobre la mesa y soltarle la verdad de todo aquello. ¿Qué le había dicho exactamente aquel muchacho Akame como para que se pusiera de esa manera?
»Ser fuerte. Ser mejor. Lo que pasa es que hasta ahora no he conseguido empezar a aplicarlo. Y creo que necesito algo que no puede darme mejor sino un compañero de la academia.
El joven mozo clamaba tener un objetivo claro en su presente, y necesitaba ayuda de nada mas ni nada menos que Manase Mogura. En aquel momento, cuando escuchaba las palabras que escapaban de los labios del muchacho, los ojos de Mogura estaban abiertos de par en par, sorprendido.
—Termínate ese pastel de fresa, Mogura-san. Porque hoy vamos a pelear.
Se relajó un poco, al menos podría terminar de comer su postre. Bajo esos términos no podía negarse, al menos en ese momento.
Entonces, Daruu-san. Terminaré de comer mi pastel de fresa, mientras tanto podrías comentarme como pretendes encarar esta situación.
Dijo posando su mirada sobre la de su compañero para luego atacar el pastel de fresa con su cuchara.
Imagino que no vamos a pelear en este preciso lugar.
Apresuró a decir antes de comer el bocado de pastel. Pelear dentro de la pastelería sonaba a una sentencia segura de muerte, peor que patear los papeles de Yui-sama en su despacho.
»Ser fuerte. Ser mejor. Lo que pasa es que hasta ahora no he conseguido empezar a aplicarlo. Y creo que necesito algo que no puede darme mejor sino un compañero de la academia.
El joven mozo clamaba tener un objetivo claro en su presente, y necesitaba ayuda de nada mas ni nada menos que Manase Mogura. En aquel momento, cuando escuchaba las palabras que escapaban de los labios del muchacho, los ojos de Mogura estaban abiertos de par en par, sorprendido.
—Termínate ese pastel de fresa, Mogura-san. Porque hoy vamos a pelear.
Se relajó un poco, al menos podría terminar de comer su postre. Bajo esos términos no podía negarse, al menos en ese momento.
Entonces, Daruu-san. Terminaré de comer mi pastel de fresa, mientras tanto podrías comentarme como pretendes encarar esta situación.
Dijo posando su mirada sobre la de su compañero para luego atacar el pastel de fresa con su cuchara.
Imagino que no vamos a pelear en este preciso lugar.
Apresuró a decir antes de comer el bocado de pastel. Pelear dentro de la pastelería sonaba a una sentencia segura de muerte, peor que patear los papeles de Yui-sama en su despacho.
Hablo - Pienso