26/05/2017, 19:19
¡AQUÍ!
Su hombro se sonrojó como el rostro de una dama halagada, víctima de los piropos de media naranja. Aquella muestra de hombría no hizo más que preparar la piel, llenándola de coraje, para que pudiera soportar el inminente contacto de aquel hierro candente.
Sin trastabillar en sus palabras, Datsue espetó su frase siguiente como si se tratase de un grito de guerra. No se hizo de rogar...
¡HASTA EL FONDO!
Shinjaka movió su su galante brazo hacia las proximidades de Datsue, y sin pensarlo dos veces; dejó que el hierro tocara su hombro de lleno. El inconfundible sonido de la carne quemándose inundó la habitación, y un olor nauseabundo acompañó una ligera estela de humo desprendido del mismo pedazo de metal que ya no se encontraba tan rojo.
Sin embargo, lo que más conmovió a los presentes fueron los gritos de Datsue. Porque, por increible que fuera su voluntad a soportar el dolor que conlleva recibir la marca, su cuerpo no estaba preparado para ello. Ni su cuerpo, ni su mente, que de pronto sucumbió hacia los infranqueables mares de la inconsciencia, exigiendo a sus neuronas apagarse por pocos segundos e induciéndolo así a un repentino sueño, a un desmayo inevitable.
***
Riko presenció en primera fila todo aquel espectáculo. Desde el desfallecimiento de su compañero, hasta su transporte a una habitación contigua donde se le dispuso de una cama, y se le introdujo el brazo en una amplia cubeta con agua tibia para aliviar el dolor y sanar la cicatriz.
Seguramente pensaría que tan sólo le tocaba esperar a que Datsue despertara, lo cual podía ser más pronto que tarde, y sin embargo; la conocida figura de un travieso escualo le sacó de sus pensamientos. Se trataba de Kaido, Umikiba Kaido.
¿Pero qué hacía el escualo ahí?
—Ese amigo tuyo tiene lo que se llama un buen par de cojones, compañero. He visto venir aquí a tantos renacuajos a pecar de valientes, pero cuando el hierro se une a la conversación, la mayoría espabila y pega la carrera en un dos por tres. Já, así, de buenas a primeras, me agrada más tu amigo que tú, y eso que te conocí a ti primero.
¡jajaja! que bueno verte, colega. ¿Cómo te trata la vida?
Kaido, siendo Kaido. Ni más, ni menos.