27/06/2015, 23:34
Todo parecida normal, o al menos, eso pensaba el inocente Juro, mientras se aproximaba a aquel carro, tirado por caballos. A pesar de que Kazuma no se lo aclaró, cada vez estaba más seguro de que era algún tipo de restaurante móvil, o algo así. Acercándose, pudo comprobar que era correcto, había un dependiente y un mostrador, y lo que parecía comida. Esto le animo aun más.
Pero conforme se acerco, pudo ver que Kazuma observaba con extrañeza a sus espaldas.
Ahí comenzó lo raro.
Al girarse, pudo ver a Nabí, observado la pared,, con una mueca que le dio escalofríos, agarrando su bastón. Por un momento pensó que la iba a golpear, pero no ocurrió nada. Kazuma pareció hablarle, para tranquilizarle. Como por arte de magia, el olor que la comida desprendía, desapareció. De hecho, al girarse, pudo ver que el humo que desprendía también había virado, como si el viento repentinamente, hubiese cambiado de dirección.
"Que raro..." - le extrañaba que el viento cambiará así, de repente. Miró a sus compañeros, Kazuma parecía desistir del rubio, y este seguía con su bastón. ¿Que había pasado?
A pesar de ello, Kazuma le indico que lo olvidase, que se le pasaría.
-¿Le pasa siempre? - preguntó, atonito.
A pesar de esto, El chico actuó como si nada. Juro se encogió de hombros, y le siguió, mientras hablaba con el dependiente. Este pidió comida para los tres, aunque Juro no sabía exactamente el precio. Tampoco sabía si de verdad iba a invitar, había tantas cuestiones..
Se mantuvo al lado de Kazuma, sin decir mucho. Miró con preocupación a Nabi, sin saber que hacer.
-Nabi...Ven a comer, van a salir ya - aún inseguro, intento hacerle volver a la realidad, si es que aún no había vuelto.