30/05/2017, 07:18
La disyuntiva que hubo dirigido aquel debate caliente de palabras se vio en seco finalizada por el avance del susodicho Akame, quien se acercó hasta la sección de chequeo y entregó su nombre al responsable de anotar a cada uno de las personas que navegarían en la séptima embarcación.
Pronto le siguió el infame Kusareño, y finalmente, Sakamoto Datsue. O, mejor dicho, Uchiha. Al final el intrépido sí que se había guardado muy bien su apellido sobre la mesa. Y cuando Kaido hubo hecho su respectivo check in, respondería apropiadamente a la interrogante que su compañero le arrojó, de buenas a primeras.
—No, para nada. Y tampoco veo al viejo moribundo entregándole su fortuna al único tipo de piel azul entre siete malditas embarcaciones repletas de gente. Así como tampoco le imagino entregándole semejante cantidad de pasta a alguien que se apellide Sakamoto, ya se me hacía a mí bastante soso. Pero parece que ya no tendrás ese problema, ¿no, Uchiha Datsue?
El tiburón increpó aquello y soltó una socarrona sonrisa. Luego miró fijamente hacia el horizonte, y se quedó allí, perplejo, esperando respuesta. Meditabundo acerca de su compañero, y de qué tantas mentiras le habría dicho en su juerga pasada.
Pronto le siguió el infame Kusareño, y finalmente, Sakamoto Datsue. O, mejor dicho, Uchiha. Al final el intrépido sí que se había guardado muy bien su apellido sobre la mesa. Y cuando Kaido hubo hecho su respectivo check in, respondería apropiadamente a la interrogante que su compañero le arrojó, de buenas a primeras.
—No, para nada. Y tampoco veo al viejo moribundo entregándole su fortuna al único tipo de piel azul entre siete malditas embarcaciones repletas de gente. Así como tampoco le imagino entregándole semejante cantidad de pasta a alguien que se apellide Sakamoto, ya se me hacía a mí bastante soso. Pero parece que ya no tendrás ese problema, ¿no, Uchiha Datsue?
El tiburón increpó aquello y soltó una socarrona sonrisa. Luego miró fijamente hacia el horizonte, y se quedó allí, perplejo, esperando respuesta. Meditabundo acerca de su compañero, y de qué tantas mentiras le habría dicho en su juerga pasada.