28/06/2015, 17:59
Para su alivio personal, Nabi parecia estar mejor, aunque no precisamente bien. Debía de sufrir alguna clase de mareo o lo que fuese. Tenía que admitir que no le extrañaba, él había recibido bastantes golpes. Kazuma también, pero ya se había desmayado. Supuso que a él no le pasaría nada, pero tendría que tener cuidado la proxima vez que la viesen, era una mujer más que peligrosa.
Juro le instó a acercarse, mientras tanto Kazuma como él se sentaban en unas sillas plegables. El hombres se puso a hablar de una comida tradicional que servía.
"No se si fiarme de un producto que necesita tanta publicidad..."
La charla era aburrida, ya sabía lo que era, harina, pulpo y poco más. Quería comer algo, y le daba igual el que.
— Esta bien, tomare de eso — contestó, sin estar seguro de que pretendía con la charla, si no vendía mucho más. Mientras Nabi terminaba de sentarse, el hombre sacaría alguna clase de bebida.
— Quizá algo de comer te haga sentir mejor — se dirigiría hacia Nabi, que parecía haberse sentado cerca suyo. Aun estaba extrañado por el repentino cambio.
Al acercarla, pudo ver que lo suyo era una sustancia verdosa, que se asemejaba mucho al te. Lo probo igualmente, en ese estado no le haría ascos a nada. Aun así arrugaría la nariz, no por el sabor, sino por lo que estaba sucediendo.
— Kazuma...¿Cuanto cuesta esto? Nadie ha dicho nada del precio — susurró, a ambos chicos, para que solo ellos le oyesen.
Juro le instó a acercarse, mientras tanto Kazuma como él se sentaban en unas sillas plegables. El hombres se puso a hablar de una comida tradicional que servía.
"No se si fiarme de un producto que necesita tanta publicidad..."
La charla era aburrida, ya sabía lo que era, harina, pulpo y poco más. Quería comer algo, y le daba igual el que.
— Esta bien, tomare de eso — contestó, sin estar seguro de que pretendía con la charla, si no vendía mucho más. Mientras Nabi terminaba de sentarse, el hombre sacaría alguna clase de bebida.
— Quizá algo de comer te haga sentir mejor — se dirigiría hacia Nabi, que parecía haberse sentado cerca suyo. Aun estaba extrañado por el repentino cambio.
Al acercarla, pudo ver que lo suyo era una sustancia verdosa, que se asemejaba mucho al te. Lo probo igualmente, en ese estado no le haría ascos a nada. Aun así arrugaría la nariz, no por el sabor, sino por lo que estaba sucediendo.
— Kazuma...¿Cuanto cuesta esto? Nadie ha dicho nada del precio — susurró, a ambos chicos, para que solo ellos le oyesen.