3/06/2017, 01:34
Otra carcajada, esta vez mucho menos estruendosa y más divertida que las otras.
—Venga ya, Datsue-kun —replicó Akame, entre risas, restándole importancia a la anécdota y al apodo—. Hozuki Chokichi, Aburame Plum... Considerarían intrépido bajar a un gatito de un árbol. Toda la Aldea sabe que la mejor promoción de estos últimos años ha sido la del doscientos dieciséis.
No es que Akame quisiera menospreciar a aquellos chicos, habían sido buenos estudiantes y estaban apenas empezando en su Camino del Ninja... Pero Chokichi había suspendido el examen de graduación una vez, y Plum era tan volátil como vaga. Por lo visto, incluso la habían pillado pagando a un civil para que completase un recado que formaba parte de una misión de rango D. «Menudos ninjas...».
Sea como fuere, la conversación siguió por otros derroteros menos jocosos. Datsue le comentó que Sakamoto Noemi, su compañera de misión, había renunciado como kunoichi.
—Vaya, Noemi-san... —musitó Akame, entristecido—. Supongo que no debería extrañarme. La... muerte de Haskoz-kun le afectó mucho. No todos valen para esto.
De repente el viento sabía amargo, como si se hubiese metido un puñado de ciruelas en la boca. Sintió la necesidad de cambiar de tema y optó por un giro algo menos radical que de costumbre.
—¿Qué opinas de todo el circo político que montaron los Sabios? —había cautela en la voz de Akame, que todavía no había calado a su compañero en esa clase de lances—. Quiero decir... ¿Una alta jounin asesina a uno de los candidatos delante de toda la Aldea y el Uzukage en funciones le cede el puesto? —añadió, en voz mucho más baja—. Ya, claro.
—Venga ya, Datsue-kun —replicó Akame, entre risas, restándole importancia a la anécdota y al apodo—. Hozuki Chokichi, Aburame Plum... Considerarían intrépido bajar a un gatito de un árbol. Toda la Aldea sabe que la mejor promoción de estos últimos años ha sido la del doscientos dieciséis.
No es que Akame quisiera menospreciar a aquellos chicos, habían sido buenos estudiantes y estaban apenas empezando en su Camino del Ninja... Pero Chokichi había suspendido el examen de graduación una vez, y Plum era tan volátil como vaga. Por lo visto, incluso la habían pillado pagando a un civil para que completase un recado que formaba parte de una misión de rango D. «Menudos ninjas...».
Sea como fuere, la conversación siguió por otros derroteros menos jocosos. Datsue le comentó que Sakamoto Noemi, su compañera de misión, había renunciado como kunoichi.
—Vaya, Noemi-san... —musitó Akame, entristecido—. Supongo que no debería extrañarme. La... muerte de Haskoz-kun le afectó mucho. No todos valen para esto.
De repente el viento sabía amargo, como si se hubiese metido un puñado de ciruelas en la boca. Sintió la necesidad de cambiar de tema y optó por un giro algo menos radical que de costumbre.
—¿Qué opinas de todo el circo político que montaron los Sabios? —había cautela en la voz de Akame, que todavía no había calado a su compañero en esa clase de lances—. Quiero decir... ¿Una alta jounin asesina a uno de los candidatos delante de toda la Aldea y el Uzukage en funciones le cede el puesto? —añadió, en voz mucho más baja—. Ya, claro.