3/06/2017, 02:07
—Hmm… —Era cierto que Chockichi no era el mejor ejemplo de buen shinobi, pero Datsue no estaba para nada de acuerdo con aquella afirmación. El chico había demostrado grandes habilidades para el espionaje, y Plum era una kunoichi mucho mejor de lo que la gente se pensaba. Solo le faltaba… constancia. Y después estaba Nara Yuki, la tipa más inteligente que Datsue había conocido en su vida. Por no hablar de Akimichi Sora, que si no fuese por la poca confianza que tenía en sí mismo, dejaría a más de uno con la boca abierta.
Sin embargo, la conversación fue siguiendo su curso por otros derroteros, y Datsue no creyó que mereciese la pena discutir sobre el tema. Contó a Akame la noticia de Noemi, quien parecía no saber nada, y en un radical cambio de tema el veterano de los Uchihas terminó por preguntarle sobre todo el jaleo político que se había montado en la Villa tras la muerte de Shiona.
De reojo, paseó la mirada por la cubierta, y comprobó que ningún marinero andaba cerca. No era uno de esos temas en los que uno podía pasarse con la lengua. No si querías ver la luz del mañana.
—No deberías hablar de eso tan a la ligera, Akame —dijo, también en voz baja, revolviéndose en la barandilla.
No era la primera vez que escuchaba al Uchiha metiéndose con Gouna. La última vez había sido en un barco también. O a punto de subir a uno, hacia Isla Monotonía. En aquella ocasión, Akame había hecho una broma de lo más obscena —aunque divertida, tenía que reconocerlo—, sobre las tetas de la Uzukage. Viendo como había ensartado a un hombre por la espalda, no le parecía la mejor de las ideas.
—Imagina que alguien de mala fe te oyese hablar así. Si nuestra venerada Uzukage mató a un jounnin reputado en frente de toda la Villa, ¿qué no haría con un gennin… revoltoso? —tardó en decir la última palabra, como si le hubiese llevado tiempo buscar la adecuada. Lo cierto era que le sorprendía aquella actitud en su compañero, tan estricto y disciplinado como era en sus facetas. Solo había una explicación lógica para aquel desencanto, y no podía ser otro que...—. Eras partidario de Zoku, ¿verdad? —su voz sonó como un débil murmullo de un arrollo lejano.
Sin embargo, la conversación fue siguiendo su curso por otros derroteros, y Datsue no creyó que mereciese la pena discutir sobre el tema. Contó a Akame la noticia de Noemi, quien parecía no saber nada, y en un radical cambio de tema el veterano de los Uchihas terminó por preguntarle sobre todo el jaleo político que se había montado en la Villa tras la muerte de Shiona.
De reojo, paseó la mirada por la cubierta, y comprobó que ningún marinero andaba cerca. No era uno de esos temas en los que uno podía pasarse con la lengua. No si querías ver la luz del mañana.
—No deberías hablar de eso tan a la ligera, Akame —dijo, también en voz baja, revolviéndose en la barandilla.
No era la primera vez que escuchaba al Uchiha metiéndose con Gouna. La última vez había sido en un barco también. O a punto de subir a uno, hacia Isla Monotonía. En aquella ocasión, Akame había hecho una broma de lo más obscena —aunque divertida, tenía que reconocerlo—, sobre las tetas de la Uzukage. Viendo como había ensartado a un hombre por la espalda, no le parecía la mejor de las ideas.
—Imagina que alguien de mala fe te oyese hablar así. Si nuestra venerada Uzukage mató a un jounnin reputado en frente de toda la Villa, ¿qué no haría con un gennin… revoltoso? —tardó en decir la última palabra, como si le hubiese llevado tiempo buscar la adecuada. Lo cierto era que le sorprendía aquella actitud en su compañero, tan estricto y disciplinado como era en sus facetas. Solo había una explicación lógica para aquel desencanto, y no podía ser otro que...—. Eras partidario de Zoku, ¿verdad? —su voz sonó como un débil murmullo de un arrollo lejano.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado