3/06/2017, 11:28
Cinco minutos después la joven seguía en el mismo sitio que antes, suspiró y se incorporó un poco mejor cuando algo parecido a una carta rozó su mano que ahora se encontraba apoyada en el suelo.
«¿Qué será esto?»
Tomó el papel y lo abrió lo suficiente para leer a quién iba dirigida, que, para su sorpresa, era para ella.
«¿Será de Nabi? ¿Me dirá que no vendrá? ¿Cuántas veces he dicho que no me llame hime?»
Frunció el ceño mientras leía aquel papel, hasta que después de mover varias veces los ojos para descifrar lo que ahí ponía —que la verdad, tardó un poco— suspiró y se encogió de hombros, más tranquila que antes. Al menos iba a aparecer... Aunque no sabía ni cómo ni cuándo.
Volvió a leer la carta de nuevo por si acaso se le había escapado algo, pero no, a excepción de unos cuantos tachones que eran imposibles de descifrar, había casi memorizado cada palabra de la carta, así que con ella en mano, se dispuso a volver a esperar a Nabi ahora de mejor humor.
«¿Qué será esto?»
Tomó el papel y lo abrió lo suficiente para leer a quién iba dirigida, que, para su sorpresa, era para ella.
«¿Será de Nabi? ¿Me dirá que no vendrá? ¿Cuántas veces he dicho que no me llame hime?»
Frunció el ceño mientras leía aquel papel, hasta que después de mover varias veces los ojos para descifrar lo que ahí ponía —que la verdad, tardó un poco— suspiró y se encogió de hombros, más tranquila que antes. Al menos iba a aparecer... Aunque no sabía ni cómo ni cuándo.
Volvió a leer la carta de nuevo por si acaso se le había escapado algo, pero no, a excepción de unos cuantos tachones que eran imposibles de descifrar, había casi memorizado cada palabra de la carta, así que con ella en mano, se dispuso a volver a esperar a Nabi ahora de mejor humor.