3/06/2017, 17:49
Fuese de la forma que fuese, el destino terminaría reuniendo a los tres shinobi en aquel momento de sus vidas en aquella parte de la aldea. El objetivo de todos era el llegar al Valle y con un poco de suerte lo lograrían.
Mogura cargaba unas cosas consigo, un cambio de ropa, un poco de comida y algunos objetos varios que no venía a caso mencionar. Cualquier otra cosa que le pudiese ser útil tendría que comprarlo y para eso cargaba una cantidad interesante de dinero. Todo esto, claro, en diferentes bolsillos de una sobria mochila.
De alguna forma no le sorprendía encontrarse con Inoue Keisuke, solo que esa vez no estaba acompañando a un calvo muchacho o pidiendo una misión, sino que parecía estar reunido con un conocido suyo.
«No tengo otra explicación para permitir que una persona se acerque tanto a su espacio personal...»
Concluyó Mogura mentalmente.
Que curiosa coincidencia, Inoue-san.
Se acercó diciendo un joven médico de cabello azabache que se protegía de la lluvia con un paraguas. Si alguno de los dos se giraba le dedicaría una formal reverencia.
Mogura cargaba unas cosas consigo, un cambio de ropa, un poco de comida y algunos objetos varios que no venía a caso mencionar. Cualquier otra cosa que le pudiese ser útil tendría que comprarlo y para eso cargaba una cantidad interesante de dinero. Todo esto, claro, en diferentes bolsillos de una sobria mochila.
De alguna forma no le sorprendía encontrarse con Inoue Keisuke, solo que esa vez no estaba acompañando a un calvo muchacho o pidiendo una misión, sino que parecía estar reunido con un conocido suyo.
«No tengo otra explicación para permitir que una persona se acerque tanto a su espacio personal...»
Concluyó Mogura mentalmente.
Que curiosa coincidencia, Inoue-san.
Se acercó diciendo un joven médico de cabello azabache que se protegía de la lluvia con un paraguas. Si alguno de los dos se giraba le dedicaría una formal reverencia.
Hablo - Pienso