¡Izen las velas, que nos vamos al Torneo!

[Uchiha Datsue]

Datsue asintió, de acuerdo con la afirmación de su compañero.

—Sí, yo también daría todos tus ryos por saber qué ocurrió entre bambalinas —«Y quizá hasta algunas monedas sueltas de mi propio bolsillo»

El sol, con movimiento lento pero inexorable, había ascendido a media altura, en un cielo totalmente despejado. Una suave brisa marina volvió a azotar a los shinobis, arrastrando las siguientes palabras de Akame. Había mencionado a los bijuus: las bestias mitológicas que a punto habían estado de arrasar con todo Oonindo. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Datsue. El simple hecho de pensar en la posibilidad de tener a uno en la Villa le ponía los pelos de punta. Quizá por eso siempre había respetado tanto a los Amerienses. Cada vez que se cruzaba con uno, podía tratarse del mismísimo jinchuuriki, y eso era algo que le intimidaba demasiado. Más, incluso, de lo que estaba dispuesto a admitir, y Uchiha Datsue nunca había pecado de ser muy orgulloso.

—Pues… Bueno, eso dijo Gouna, ¿no? —respondió Datsue, evasivo, a la pregunta de si serían cierto los rumores sobre Zoku y los bijuus—. Y en el hipotético caso de que no confiásemos en su palabra… —dijo, midiendo sus palabras—. ¿Por qué ninguno de sus amigos salió a desmentirlo? ¿A defenderle? Porque sabían que era cierto. —O eso, al menos, le gustaba pensar a él. Lo cierto era que había estado pensado bastante al respecto, cuando no tenía la mente ocupada urdiendo algún plan de negocio. Su lado más conspiranoico, le decía que podía haber sido todo una farsa. Una campaña de desacreditación orquestada por la propia Gouna, o por Sarutobi Hanabi, el que se rumoreaba era el otro candidato a aspirar al sombrero Kage. A Yakisoba, simplemente, no le imaginaba capaz de hacerlo. Por otra parte, y de haber sido así, ¿por qué Zoku no había salido a desmentirlo? ¿Por qué no había acallado aquellos rumores en uno de sus muchos discursos nacionalistas? Suspiró—. No sé… Si tuviese que apostar, y todo esto dentro del hipotético caso que no confiase en la palabra de mi venerable Uzukage, seguiría apostando a que es cierto… Aunque no con todos mis ahorros, ¿me comprendes?