5/06/2017, 21:42
La chica, centrada en encontrar a los objetivos —obviamente en la vanguardia— casi que dejó de lado la retaguardia, lugar por donde unos pasos se hicieron mas que audibles en mitad del silencio que trataban de cubrir los chicos. A duras penas las mariposas pudieron ver al susodicho, cuando su compañero se adelantó en pos de lo que ella había solicitado antes, cubrirla mientras buscaba al otro par.
En un abrir y cerrar de ojos, Akame se abalanzó sobre la víctima, derribandola y... ¿Datsue?
Así era, el guapo y cobarde chico había decidido al fin salir de la madriguera. Pero, ésto no distrajo a la chica en pos de continuar con su trabajo, localizar al asesino. Decidida, deshizo su cuerpo hasta la cintura, convirtiendo el resto de papeles en mas mariposas. La mayor parte de su cuerpo se encontraba desvanecido, convertido en un sinfín de papeles que habían tomado forma de mariposas, y exploraban en completo sigilo buscando a la presa.
—Voy a enviar unas cuantas mas... —aclaró la chica.
Un nuevo enjambre de 20, que se dividió en dos, y que tras un rato de vuelo volvería a dividirse en dos. El número de mariposas ascendía, y por ende el perímetro que podía abarcar buscando a sus presas. Ahora, solo era cuestión de tiempo, y que éstos chicos sirviesen de protección a su cuerpo mientras los guiaba hasta el tipo rata y el shinobi.
—Haré que las mariposas se dispersen por toda la ciudad, estaos atentos para cuando os avise.
Entre tanto, su cuerpo continuó deslizándose por el aire, continuando por el camino que habían dejado a medias.
En un abrir y cerrar de ojos, Akame se abalanzó sobre la víctima, derribandola y... ¿Datsue?
Así era, el guapo y cobarde chico había decidido al fin salir de la madriguera. Pero, ésto no distrajo a la chica en pos de continuar con su trabajo, localizar al asesino. Decidida, deshizo su cuerpo hasta la cintura, convirtiendo el resto de papeles en mas mariposas. La mayor parte de su cuerpo se encontraba desvanecido, convertido en un sinfín de papeles que habían tomado forma de mariposas, y exploraban en completo sigilo buscando a la presa.
—Voy a enviar unas cuantas mas... —aclaró la chica.
Un nuevo enjambre de 20, que se dividió en dos, y que tras un rato de vuelo volvería a dividirse en dos. El número de mariposas ascendía, y por ende el perímetro que podía abarcar buscando a sus presas. Ahora, solo era cuestión de tiempo, y que éstos chicos sirviesen de protección a su cuerpo mientras los guiaba hasta el tipo rata y el shinobi.
—Haré que las mariposas se dispersen por toda la ciudad, estaos atentos para cuando os avise.
Entre tanto, su cuerpo continuó deslizándose por el aire, continuando por el camino que habían dejado a medias.