5/06/2017, 22:58
A punto estaba de ponerse en pie cuando el empujón de Datsue lo tiró de espaldas. Akame trató de recuperar el equilibrio, pero acabó cayendo de culo contra los duros adoquines de la calzada. Mientras su compañero se levantaba, porfiando, el mayor de los Uchiha se limitó a disculparse con una inclinación de cabeza bastante escueta. Luego se incorporó, enfundando su espada con un característico y satisfactorio clic.
Mientras, Aiko seguía sacrificando su esbelta figura en pos de crear más de aquellas mariposas. Por lo que podía deducirse de sus palabras, era capaz de controlar a aquellas emisarias de algún modo, y confiaba en que le revelasen la posición de los criminales huídos. Sintió a Datsue acercándose y se volteó para mirarle.
—Están impregnadas de su chakra, así que... Supongo que sí. Está claro que puede ejercer algún tipo de control sobre ellas, y parece muy segura de que nos darán la ubicación de los objetivos.
«Si de verdad es capaz de hacer eso, es toda una proeza. Debe ser una kunoichi de alto rango, quizás una jounin. ¡Y pensar que hasta hace un rato Datsue-kun estaba intentando ligar con ella! ¡Já!».
Pasaron unos minutos, que a Akame se le antojaron eternos, pero las mariposas de Aiko no lograban encontrar al hombre con cara de rata y su compañero ninja. El mayor de los Uchiha ya empezaba a impacientarse; esperaba con la espalda apoyada en la pared del callejón, la mano derecha sobre la empuñadura de Hazama no Goukyuu y el dedo índice dando rítmicos golpecitos al son de una melodía que sólo era audible en su cabeza.
—¿Qué, pican? —preguntó, visiblemente menos emocionado que al principio con la técnica de aquella mujer.
Mientras, Aiko seguía sacrificando su esbelta figura en pos de crear más de aquellas mariposas. Por lo que podía deducirse de sus palabras, era capaz de controlar a aquellas emisarias de algún modo, y confiaba en que le revelasen la posición de los criminales huídos. Sintió a Datsue acercándose y se volteó para mirarle.
—Están impregnadas de su chakra, así que... Supongo que sí. Está claro que puede ejercer algún tipo de control sobre ellas, y parece muy segura de que nos darán la ubicación de los objetivos.
«Si de verdad es capaz de hacer eso, es toda una proeza. Debe ser una kunoichi de alto rango, quizás una jounin. ¡Y pensar que hasta hace un rato Datsue-kun estaba intentando ligar con ella! ¡Já!».
Pasaron unos minutos, que a Akame se le antojaron eternos, pero las mariposas de Aiko no lograban encontrar al hombre con cara de rata y su compañero ninja. El mayor de los Uchiha ya empezaba a impacientarse; esperaba con la espalda apoyada en la pared del callejón, la mano derecha sobre la empuñadura de Hazama no Goukyuu y el dedo índice dando rítmicos golpecitos al son de una melodía que sólo era audible en su cabeza.
—¿Qué, pican? —preguntó, visiblemente menos emocionado que al principio con la técnica de aquella mujer.