6/06/2017, 21:13
El barco empezó a moverse en cuanto las muchachas hicieron caso omiso a mi recomendación y tomaron asiento. Yo por mi parte seguía en la barandilla, observando como el puerto cada vez se hacia más pequeño a medida que nos íbamos adentrando en el océano que bañaba las costas del Remolino.
Iban pasando las horas y cuando el sol se encontraba en su punto más alto, elevando la temperatura de nuestra piel algunos miembros de la tripulación empezaron a movilizarse, adecuando una mesa grande con todo tipo de ollas y cazuelas con distintos manjares que, dicho sea de paso, con el hambre que tenía me parecían de lo más exquisitos. Creo que no tendría problemas en comer incluso piedras. Así lo manifestaba mi estomago con algún que otro leve rugido.
Y por lo visto Uchiha también daba gracias a los dioses, pues no tardó en levantar su trasero y acercarse a la mesa. Es más, cuando yo hice lo propia ya iba armado con un muslo de pollo y un pedazo de pan.
— Buen provecho — dije al unísono con el ninja del Remolino.
Examiné rápidamente lo que teníamos en frente. Pescado... Aquello había que evitarlo de todas todas. Incluso prefería aquellos muslos que, por cierto no tenían mal aspecto. Verduras de distintas tonalidades que tampoco eran santas de mi devoción pero sin duda mejor opción que lo primero. Pero a mi me interesaba más la carne así que empezaría degustando un poco de conejo. Mi mano se movió y tomé una pata bañada en verduritas guisadas que no tenía mal aspecto en absoluto.
—Y dime, Sasagani-san, ¿cómo es vivir en Kusa? He oído que construís vuestras casas sobre los árboles y que usáis los nidos de las aves como retrete.
Como acto reflejo tuvo que escupir el pedazo de conejo que tenía en la boca — el cual voló hasta los morros del Uchiha — era eso o ahogarme en mis propias carcajadas con guarnición de conejo y verduras.
— Vaya, qué gracioso es usted, señor Uchiha. Por cierto, ¿Lo de nuestro canibalismo no te lo han contado? Deberías saber acerca de ello ya que estás en frente de uno y debo advertirte que es costoso saciar mi refinado estomago
Iban pasando las horas y cuando el sol se encontraba en su punto más alto, elevando la temperatura de nuestra piel algunos miembros de la tripulación empezaron a movilizarse, adecuando una mesa grande con todo tipo de ollas y cazuelas con distintos manjares que, dicho sea de paso, con el hambre que tenía me parecían de lo más exquisitos. Creo que no tendría problemas en comer incluso piedras. Así lo manifestaba mi estomago con algún que otro leve rugido.
Y por lo visto Uchiha también daba gracias a los dioses, pues no tardó en levantar su trasero y acercarse a la mesa. Es más, cuando yo hice lo propia ya iba armado con un muslo de pollo y un pedazo de pan.
— Buen provecho — dije al unísono con el ninja del Remolino.
Examiné rápidamente lo que teníamos en frente. Pescado... Aquello había que evitarlo de todas todas. Incluso prefería aquellos muslos que, por cierto no tenían mal aspecto. Verduras de distintas tonalidades que tampoco eran santas de mi devoción pero sin duda mejor opción que lo primero. Pero a mi me interesaba más la carne así que empezaría degustando un poco de conejo. Mi mano se movió y tomé una pata bañada en verduritas guisadas que no tenía mal aspecto en absoluto.
—Y dime, Sasagani-san, ¿cómo es vivir en Kusa? He oído que construís vuestras casas sobre los árboles y que usáis los nidos de las aves como retrete.
Como acto reflejo tuvo que escupir el pedazo de conejo que tenía en la boca — el cual voló hasta los morros del Uchiha — era eso o ahogarme en mis propias carcajadas con guarnición de conejo y verduras.
— Vaya, qué gracioso es usted, señor Uchiha. Por cierto, ¿Lo de nuestro canibalismo no te lo han contado? Deberías saber acerca de ello ya que estás en frente de uno y debo advertirte que es costoso saciar mi refinado estomago
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa