9/06/2017, 19:42
Pese a que Akame no se lo había tomado a las malas, su compañero parecía visiblemente escéptico con la actitud calma y cercana que él estaba teniendo. El mayor de los Uchiha no pudo sino poner su mejor cara de "¿qué?".
Apunto estaba de decir algo al respecto, cuando se sucedió un auténtico espectáculo al que Akame pronto encontraría explicación. Su compañero empezó a sacarse de los calzones —literalmente— toda clase de objetos curiosos y, por proporciones, imposibles. Primero una revista picante que Datsue se apresuró a "arrojar" sin arrojar, al mar. Luego, un shamisen —lo que le trajo toda clase de recuerdos, agradables y no tanto, sobre su aventura en Yamiria—. Y, finalmente, algo de comida.
«¿Cómo...?». El Uchiha no llegó a verbalizar la pregunta que le rondaba la mente. En lugar de ello, su cabeza empezó a trabajar a toda velocidad. «No puede ser un jutsu espacio-temporal, su complejidad está a kilómetros de distancia de la habilidad de un gennin. Pero, ¿entonces? ¿Una técnica de encogimiento espacial? No, no lo creo... ¿Podría ser...?». Con un parpadeo, Akame activó su Sharingan... y lo vió.
Complicadas fórmulas de sellado irradiando el chakra de Datsue recorrían su cuerpo. Gracias al Doujutsu de los Uchiha, Akame era capaz de verlas. «Así que lo del Fuuinjutsu no era un farol... Realmente has estado haciendo los deberes, Datsue-kun».
—No está mal —dijo finalmente Akame, dedicándole al muchacho un breve aplauso—. Quizá algún día te pida que me enseñes esos trucos.
Se sentó junto a su compañero de Aldea, y de misiones, y empezó a comer. Entre bocado y bocado, daba un trago a su fiel cantimplora forrada de cuero.
—Veo que lo de Yamiria despertó tu lado más... Artístico —dijo de repente el Uchiha, dándole un vistazo al shamisen de Datsue—. ¿Planeas dejar la vida del ninja para dedicarte a dar giras por Oonindo? ¿Tal vez acompañando a cierto maestro caído en desgracia? Espero que al menos tengas mejor suerte que él.
Apunto estaba de decir algo al respecto, cuando se sucedió un auténtico espectáculo al que Akame pronto encontraría explicación. Su compañero empezó a sacarse de los calzones —literalmente— toda clase de objetos curiosos y, por proporciones, imposibles. Primero una revista picante que Datsue se apresuró a "arrojar" sin arrojar, al mar. Luego, un shamisen —lo que le trajo toda clase de recuerdos, agradables y no tanto, sobre su aventura en Yamiria—. Y, finalmente, algo de comida.
«¿Cómo...?». El Uchiha no llegó a verbalizar la pregunta que le rondaba la mente. En lugar de ello, su cabeza empezó a trabajar a toda velocidad. «No puede ser un jutsu espacio-temporal, su complejidad está a kilómetros de distancia de la habilidad de un gennin. Pero, ¿entonces? ¿Una técnica de encogimiento espacial? No, no lo creo... ¿Podría ser...?». Con un parpadeo, Akame activó su Sharingan... y lo vió.
Complicadas fórmulas de sellado irradiando el chakra de Datsue recorrían su cuerpo. Gracias al Doujutsu de los Uchiha, Akame era capaz de verlas. «Así que lo del Fuuinjutsu no era un farol... Realmente has estado haciendo los deberes, Datsue-kun».
—No está mal —dijo finalmente Akame, dedicándole al muchacho un breve aplauso—. Quizá algún día te pida que me enseñes esos trucos.
Se sentó junto a su compañero de Aldea, y de misiones, y empezó a comer. Entre bocado y bocado, daba un trago a su fiel cantimplora forrada de cuero.
—Veo que lo de Yamiria despertó tu lado más... Artístico —dijo de repente el Uchiha, dándole un vistazo al shamisen de Datsue—. ¿Planeas dejar la vida del ninja para dedicarte a dar giras por Oonindo? ¿Tal vez acompañando a cierto maestro caído en desgracia? Espero que al menos tengas mejor suerte que él.