12/06/2017, 17:02
Lo que ocurrió a continuación fue más de lo que Akame jamás hubiera llegado a esperar. Como una puerta lejana, sobre una colina verde con el Sol de la tarde escondiéndose tras el horizonte. Como una acogedora posada y una buena silla de madera, y una buena taza de té esperando, humeante, sobre la mesa. Así llegó el discurso de Satomu.
Por primera vez desde que abandonara Uzushio, el Uchiha halló lo que buscaba. No sólo quedó atónito primero, cuando el escultor hizo salir a todos sus empleados y algunos se descubrieron, ocultos como parte de la propia habitación. «Estos no son simples mercenarios». Sino que luego escuchó la perorata del artista casi sin pestañear, atónito, ansioso. Satomu hablaba de antiguos linajes y viejas historias, y por sus referencias, Akame quedó con dos conclusiones.
Primera, que Nishijima o bien estaba versado en el Ninshuu, o bien alguno de sus parientes próximos encajaba en esa categoría. Y, segunda, que el conocimiento que su abuelo le había legado estaba relacionado, probablemente, con la caída en desgracia de las Cinco Grandes Aldeas. Cualquiera de aquellas cosas, por sí sola, ya habría bastado para picar la curiosidad del joven Uchiha hasta límites insospechados. Pero, juntas...
—Partí del Remolino sin saber lo que buscaba, y ahora me alegro de haber encontrado, aquí, el tesoro más preciado de todo Oonindo... Conocimiento —anunció el muchacho, dando un paso al frente—. Si de verdad está dispuesto a compartir semejantes historias, serán más que bienvenidas. Ahora bien... ¿Qué quiere de nosotros?
Por primera vez desde que abandonara Uzushio, el Uchiha halló lo que buscaba. No sólo quedó atónito primero, cuando el escultor hizo salir a todos sus empleados y algunos se descubrieron, ocultos como parte de la propia habitación. «Estos no son simples mercenarios». Sino que luego escuchó la perorata del artista casi sin pestañear, atónito, ansioso. Satomu hablaba de antiguos linajes y viejas historias, y por sus referencias, Akame quedó con dos conclusiones.
Primera, que Nishijima o bien estaba versado en el Ninshuu, o bien alguno de sus parientes próximos encajaba en esa categoría. Y, segunda, que el conocimiento que su abuelo le había legado estaba relacionado, probablemente, con la caída en desgracia de las Cinco Grandes Aldeas. Cualquiera de aquellas cosas, por sí sola, ya habría bastado para picar la curiosidad del joven Uchiha hasta límites insospechados. Pero, juntas...
—Partí del Remolino sin saber lo que buscaba, y ahora me alegro de haber encontrado, aquí, el tesoro más preciado de todo Oonindo... Conocimiento —anunció el muchacho, dando un paso al frente—. Si de verdad está dispuesto a compartir semejantes historias, serán más que bienvenidas. Ahora bien... ¿Qué quiere de nosotros?