20/06/2017, 20:18
Kaido no se atrevió a vestir su rostro con una de sus típicas sonrisas, ni a decir nada fuera de lugar; durante lo que restó de ruta. Esa fue su forma más apropiada de presentar sus respetos y hacerle duelo a dos hombres que habían perdido la vida haciendo su trabajo, lo que de alguna forma le recordó lo peligroso que podía llegar a ser su propia ocupación. Pero, a diferencia de en otras ocasiones —en las cuales, la decisión de no ayudar al prójimo no pesó tanto como en ese instante— nunca se había sentido tan mal consigo mismo, o con su forma de proceder.
Cuando el marinero cantaba la cercanía a la isla Monotonía, ya lejos del área donde estaba ahora la profunda tumba de los marineros que Akame no pudo salvar; el gyojin lo supo.
«Remordimiento. ¿Con que así es que se siente, eh?»
Entonces se acercó a los linderos de sus colegas, donde Datsue consolaba a su compañero, y Yota, por otro lado; apreciaba el hecho de que hubieran llegado finalmente a su destino.
—Sin martirios, Akame. Esos hombres han perecido cumpliendo con su labor, que era la de traernos a todos hasta ésta isla en una sola pieza. No hay muerte más honrosa que esa.
Y aunque sus palabras de ánimo probablemente fallaran en su objetivo, sentía necesario decirlo. Comerse la cabeza con aquel par de pérdidas no sería sino una forma de restarle mérito al sacrificio de aquellos dos marineros, que por los caprichos del destino, sucumbieron durante el viaje.
Cuando el marinero cantaba la cercanía a la isla Monotonía, ya lejos del área donde estaba ahora la profunda tumba de los marineros que Akame no pudo salvar; el gyojin lo supo.
«Remordimiento. ¿Con que así es que se siente, eh?»
Entonces se acercó a los linderos de sus colegas, donde Datsue consolaba a su compañero, y Yota, por otro lado; apreciaba el hecho de que hubieran llegado finalmente a su destino.
—Sin martirios, Akame. Esos hombres han perecido cumpliendo con su labor, que era la de traernos a todos hasta ésta isla en una sola pieza. No hay muerte más honrosa que esa.
Y aunque sus palabras de ánimo probablemente fallaran en su objetivo, sentía necesario decirlo. Comerse la cabeza con aquel par de pérdidas no sería sino una forma de restarle mérito al sacrificio de aquellos dos marineros, que por los caprichos del destino, sucumbieron durante el viaje.