20/06/2017, 20:22
Las dos mujeres se sobresaltaron ante la intromisión de Datsue, y a una de ellas casi se le cayó la jarra de la mano. Ambas se miraron con cierta desconfianza durante unos instantes, y luego dieron casi al unísono un largo trago a sus cervezas. Akame se mantuvo al margen —igual que Aiko— pero discretamente atento a todo lo que aquellas mujeres pudieran decir. Por lo poco que había conocido a Datsue, parecía un chico con no pocos recursos lingüísticos.
—¿Que si es tan malo, extranjero? —preguntó finalmente una de ellas, aun sin confiar en el Uchiha—. Es lo peor que le ha pasado a esta ciudad jamás. El Jefe es...
—¡Yumiko! —la interrumpió la otra, visiblemente aterrada—. Si sigues hablando así nos meterás en un lío, a las dos.
—¿Que si es tan malo, extranjero? —preguntó finalmente una de ellas, aun sin confiar en el Uchiha—. Es lo peor que le ha pasado a esta ciudad jamás. El Jefe es...
—¡Yumiko! —la interrumpió la otra, visiblemente aterrada—. Si sigues hablando así nos meterás en un lío, a las dos.