21/06/2017, 01:38
La muchacha de lengua suelta no tardó en responderle, pero pronto se vio interrumpida por la amiga aguafiestas. Y es que aquella mujer reunía todos los atributos para recibir tal apelativo. Cortaba a su amiga en el momento más interesante; le decía lo que podía y no podía hacer; y, de haber estado ligando Datsue con ella, ¡estaba convencido de que le arruinaría el cortejo solo por fastidiar!
«Por los Dioses, ¡tranquilízate!» se tuvo que decir, al darse cuenta que tenía los nudillos blancos de tanto apretar. Aiko pareció captar su momento de debilidad, pues intervino para ayudarle, o más bien…
«Pero, ¿qué cojones...?»
El Uchiha ni siquiera tenía palabras para describir lo que acababa de suceder. Se había quedado, simple y llanamente, estupefacto. «¡Esta tía está loca de remate!», pensó, mientras contemplaba la silueta de su figura subiendo por las escaleras. Aquella intervención le había dejado tan descolocado, que permaneció unos segundos con la boca abierta, sin saber qué decir.
—Disculpen a la señorita —farfulló finalmente, tratando de remediar lo irremediable. Tras una situación tan surrealista como aquella, dudaba que pudiese ganarse ya la confianza de las dos mujeres. Ni siquiera de la que le gustaba dar al palique—. Presenció el terrible asesinato, y le ha afectado más de lo que está dispuesta a reconocer.
»Soy Uchiha Datsue, por cierto —continuó, volviendo a bajar la voz—. Chunnin de Uzushiogakure no Sato, también conocido como el Ojo Derecho de Shiona-sama. —Iba a extender su currículum, pero se quedó ahí, sin presionarlas tampoco a soltar más información sobre el Jefe. Y es que Aiko, sencillamente, le había carbonizado el interrogatorio. Literalmente. Su único objetivo ahora era el de averiguar si todavía quedaban algunas brasas, para, con maña y cuidado, soplar las palabras adecuadas que reavivasen el fuego.
«Por los Dioses, ¡tranquilízate!» se tuvo que decir, al darse cuenta que tenía los nudillos blancos de tanto apretar. Aiko pareció captar su momento de debilidad, pues intervino para ayudarle, o más bien…
«Pero, ¿qué cojones...?»
El Uchiha ni siquiera tenía palabras para describir lo que acababa de suceder. Se había quedado, simple y llanamente, estupefacto. «¡Esta tía está loca de remate!», pensó, mientras contemplaba la silueta de su figura subiendo por las escaleras. Aquella intervención le había dejado tan descolocado, que permaneció unos segundos con la boca abierta, sin saber qué decir.
—Disculpen a la señorita —farfulló finalmente, tratando de remediar lo irremediable. Tras una situación tan surrealista como aquella, dudaba que pudiese ganarse ya la confianza de las dos mujeres. Ni siquiera de la que le gustaba dar al palique—. Presenció el terrible asesinato, y le ha afectado más de lo que está dispuesta a reconocer.
»Soy Uchiha Datsue, por cierto —continuó, volviendo a bajar la voz—. Chunnin de Uzushiogakure no Sato, también conocido como el Ojo Derecho de Shiona-sama. —Iba a extender su currículum, pero se quedó ahí, sin presionarlas tampoco a soltar más información sobre el Jefe. Y es que Aiko, sencillamente, le había carbonizado el interrogatorio. Literalmente. Su único objetivo ahora era el de averiguar si todavía quedaban algunas brasas, para, con maña y cuidado, soplar las palabras adecuadas que reavivasen el fuego.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado