27/06/2017, 23:18
— ¡Sí! Sale en los anuncios de Mercakunoichi, aunque no me gusta mucho sus productos, suele salir en cada ronda de anuncios en la televisión —Afirmó ella asintiendo enérgicamente.
Pero Ayame seguía con los ojos abiertos como platos. Conocía Merkakunoichi, después de todo era una famosa franquicia de mercados distribuida por todo el mundo. Ella no veía la tele a menudo, pero no recordaba haber visto ningún anuncio en el que saliera su hermano, y dudaba que algo así hubiera pasado desapercibido tanto a su padre como a ella misma.
—¿Es que no os lo ha dicho? Claro, al ser famoso puede que se lo tenga callado... Las fans... Las fans... —Eri volvió a asentir, de forma tranquila esta vez, con los ojos cerrados y los brazos cruzados.
—Eh... Bueno será mejor que sigamos hablando de esto dentro. Ahora mismo estamos un poco en el medio...
Ayame sacudió la cabeza, aún profundamente confundida, y se adentró en Hokutōmori pasando por debajo del imponente torii carmesí. El cántico de los pájaros y la frondosidad de los árboles, que se daban la mano por encima de sus cabezas, las recibió con cordialidad. Se respiraba paz y tranquilidad en aquel ambiente alejado de cualquier tipo de violencia, justo lo que Ayame venía buscando... hasta que se había cruzado con algo totalmente inesperado.
—Esto... ¿Y estás segura de que se trata de mi hermano? ¿Podrías describirme cómo es ese actor del que hablas? Me sigue pareciendo del todo inverosímil que pueda ser él... —añadió, con una gota de sudor frío perlando su frente.
Kōri presentando un anuncio... ¡Es que ni siquiera era capaz de imaginarlo!
Pero Ayame seguía con los ojos abiertos como platos. Conocía Merkakunoichi, después de todo era una famosa franquicia de mercados distribuida por todo el mundo. Ella no veía la tele a menudo, pero no recordaba haber visto ningún anuncio en el que saliera su hermano, y dudaba que algo así hubiera pasado desapercibido tanto a su padre como a ella misma.
—¿Es que no os lo ha dicho? Claro, al ser famoso puede que se lo tenga callado... Las fans... Las fans... —Eri volvió a asentir, de forma tranquila esta vez, con los ojos cerrados y los brazos cruzados.
—Eh... Bueno será mejor que sigamos hablando de esto dentro. Ahora mismo estamos un poco en el medio...
Ayame sacudió la cabeza, aún profundamente confundida, y se adentró en Hokutōmori pasando por debajo del imponente torii carmesí. El cántico de los pájaros y la frondosidad de los árboles, que se daban la mano por encima de sus cabezas, las recibió con cordialidad. Se respiraba paz y tranquilidad en aquel ambiente alejado de cualquier tipo de violencia, justo lo que Ayame venía buscando... hasta que se había cruzado con algo totalmente inesperado.
—Esto... ¿Y estás segura de que se trata de mi hermano? ¿Podrías describirme cómo es ese actor del que hablas? Me sigue pareciendo del todo inverosímil que pueda ser él... —añadió, con una gota de sudor frío perlando su frente.
Kōri presentando un anuncio... ¡Es que ni siquiera era capaz de imaginarlo!