30/06/2017, 03:00
(Última modificación: 30/06/2017, 03:04 por Uchiha Datsue.)
Mientras sus compañeros de carruaje se preocupaban por la apariencia más o menos tétrica del pueblo, el Uchiha lo analizaba todo de forma metódica. Así como el ojo experto y la mente aguda eran capaces de hacer una composición bastante precisa de un ninja a través de la observación de su kunai, analizando sus muescas o la falta de éstas, su cuidado, su antigüedad… Datsue intentaba hacer lo mismo a través de las tierras del señor Soshuro. Cada matiz, cada bache —o más bien, la ausencia de estos—, aportaba a Datsue información valiosísima sobre su dueño.
Fue así como desechó su principal idea de hacerse pasar por bardo, pues dudaba que un hombre con un gusto tan particular por el orden y la limpieza tuviese gran debilidad por la música. Al menos, no por las improvisadas e informales melodías que al Uchiha le había dado tiempo a componer.
En su lugar, se preparó un papel bastante distinto, y por eso, cuando le llegó el turno de hablar en el banquete, el Uchiha se limpió con la punta de una servilleta sus labios apenas humedecidos por la salsa de la carne que había degustado previamente, y su voz, lejos de temblar por la mentira improvisada, salió tan fluida y firme como la de un actor de teatro consumado.
—Como previamente mencioné, soy Uchiha Datsue. —Espalda recta; hombros alineados y hacia atrás; mentón ligeramente levantado. Todo en su expresión corporal recordaba al de un joven noble tan orgulloso como rico, y es que, si quería ser uno de ellos, tendría que empezar a actuar como tal, ¿no?—. Nací en la mar, sobre tres tablas mal colocadas de un pequeño bote salvavidas que se tambaleaba bajo la furia de Susano’o. Mi madre, en paz descanse, fue una antigua escolta del Señor Feudal del País del Agua. Siempre se enorgullecía al contarme que mi sangre era totalmente limpia, sin manchas de ningún otro clan. Mi padre era un shinobi de Uzu, y fue asesinado por el Gobi, el bijuu que posteriormente quedaría confinado en Amegakure. No tengo recuerdos de él, mas mi madre siempre me decía que procedía de una rama de descendencia del mismísimo Uchiha Hazama. Me decía que su sharingan había evolucionado más allá de lo conocido, y que yo, algún día, heredaría su visión.
»Por lo demás, soy un tipo de lo más tranquilo. No me gustan las excentricidades, ni los ruidos, ni las improvisaciones. Soy un chico de hábitos y de costumbres muy marcadas. Limpio, ordenado, y extremadamente metódico. Quizá por eso, mis compañeros de Aldea me llaman Datsue el Profesional. Pertenezco a esa especie en extinción que piensa que la tradición debe prevalecer sobre las modernidades, que las viejas costumbres y el linaje son más importantes que las alocadas aventuras con las que muchos jóvenes de hoy en día suelen sueñar.
»Soy, en definitiva —«su jodido hombre» —, un chico de fuertes principios y valores morales, que cree en la importancia de los buenos modales y la educación, así como el sosiego y la reflexión introspectiva. Si se me ha de achacar algún defecto, si acaso es el de ser demasiado perfeccionista.
Terminada su presentación, saboreó con finura el zumo de frutas que tenía a mano, y lanzó una mirada de lo más educada a Mizuki, su teórico rival más fuerte. Una mirada con la que pretendía decir… «¡Ja! He dicho reflexión introspectiva sin hacerme la lengua un lío. ¡Supera eso, zorra!»
Fue así como desechó su principal idea de hacerse pasar por bardo, pues dudaba que un hombre con un gusto tan particular por el orden y la limpieza tuviese gran debilidad por la música. Al menos, no por las improvisadas e informales melodías que al Uchiha le había dado tiempo a componer.
En su lugar, se preparó un papel bastante distinto, y por eso, cuando le llegó el turno de hablar en el banquete, el Uchiha se limpió con la punta de una servilleta sus labios apenas humedecidos por la salsa de la carne que había degustado previamente, y su voz, lejos de temblar por la mentira improvisada, salió tan fluida y firme como la de un actor de teatro consumado.
—Como previamente mencioné, soy Uchiha Datsue. —Espalda recta; hombros alineados y hacia atrás; mentón ligeramente levantado. Todo en su expresión corporal recordaba al de un joven noble tan orgulloso como rico, y es que, si quería ser uno de ellos, tendría que empezar a actuar como tal, ¿no?—. Nací en la mar, sobre tres tablas mal colocadas de un pequeño bote salvavidas que se tambaleaba bajo la furia de Susano’o. Mi madre, en paz descanse, fue una antigua escolta del Señor Feudal del País del Agua. Siempre se enorgullecía al contarme que mi sangre era totalmente limpia, sin manchas de ningún otro clan. Mi padre era un shinobi de Uzu, y fue asesinado por el Gobi, el bijuu que posteriormente quedaría confinado en Amegakure. No tengo recuerdos de él, mas mi madre siempre me decía que procedía de una rama de descendencia del mismísimo Uchiha Hazama. Me decía que su sharingan había evolucionado más allá de lo conocido, y que yo, algún día, heredaría su visión.
»Por lo demás, soy un tipo de lo más tranquilo. No me gustan las excentricidades, ni los ruidos, ni las improvisaciones. Soy un chico de hábitos y de costumbres muy marcadas. Limpio, ordenado, y extremadamente metódico. Quizá por eso, mis compañeros de Aldea me llaman Datsue el Profesional. Pertenezco a esa especie en extinción que piensa que la tradición debe prevalecer sobre las modernidades, que las viejas costumbres y el linaje son más importantes que las alocadas aventuras con las que muchos jóvenes de hoy en día suelen sueñar.
»Soy, en definitiva —«su jodido hombre» —, un chico de fuertes principios y valores morales, que cree en la importancia de los buenos modales y la educación, así como el sosiego y la reflexión introspectiva. Si se me ha de achacar algún defecto, si acaso es el de ser demasiado perfeccionista.
Terminada su presentación, saboreó con finura el zumo de frutas que tenía a mano, y lanzó una mirada de lo más educada a Mizuki, su teórico rival más fuerte. Una mirada con la que pretendía decir… «¡Ja! He dicho reflexión introspectiva sin hacerme la lengua un lío. ¡Supera eso, zorra!»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado