30/06/2017, 10:01
—En el Torneo tendré que enfrentarme a oponentes de otras Aldeas. Si quiero salir victorioso, no puedo permitirme flaquear escandalosamente en ningún aspecto. Tengo que limar mis asperezas, he visto a algunos ninjas extranjeros combatir, y aunque no tienen nuestra disciplina... No hay que subestimarlos.
Mis orejas dieron un respingo por su cuenta, como si la información que estuviera entrando por ellas fuera anomala, ese escalofrio localizado fue lo que me confirmó que no había atravesado ningún portal mágico que me hubiera teletransportado al mundo al revés o a Chuchelandia. En el mundo al revés hubiera vibrado todo mi cuerpo excepto las orejas y en Chuchelandia me hubieran salido bollitos de canela de mis orificios.
— Pero... habrás leído mucho sobre Taijutsu, ¿no? Porque verte aquí intentando la práctica tan a lo loco no es propio de ti. ¿Qué has visto? ¿No tendrán al típico recien graduado que ha repetido diez veces seguidas y ahora tiene ventitantos años y nos saca una cabeza y dos mil músculos?
Para que el devoralibros de Uchiha-san se ponga a dar hostias al aire sin ton ni son por pura preocupación sobre su Taijutsu tenía que ser algo gordo, algo gordo como un Akimichi. Un Akimichi en Kusa tenía que ser algo digno de ver porque de comer plantas uno no engorda, eso es de primero de carnívorismo.
—¿A qué te refieres? ¿Alguna técnica secreta, acaso?
— No sé qué estás imaginandote pero seguro que eso no es. Es solo que es Doton y si hago algo de Ninjutsu en estas... tiendecitas, incluso mi Doton, que es más flojo que un Kuseño, me cargaré medio dojo. Y ya sabes lo que les hacen aquí a los que rompen dojos.
Me pasé el dedo por el cuello para que entendiera la referencia y evite por todos los medios posibles pensar en Haskoz, que eso sería metarol.
Mis orejas dieron un respingo por su cuenta, como si la información que estuviera entrando por ellas fuera anomala, ese escalofrio localizado fue lo que me confirmó que no había atravesado ningún portal mágico que me hubiera teletransportado al mundo al revés o a Chuchelandia. En el mundo al revés hubiera vibrado todo mi cuerpo excepto las orejas y en Chuchelandia me hubieran salido bollitos de canela de mis orificios.
— Pero... habrás leído mucho sobre Taijutsu, ¿no? Porque verte aquí intentando la práctica tan a lo loco no es propio de ti. ¿Qué has visto? ¿No tendrán al típico recien graduado que ha repetido diez veces seguidas y ahora tiene ventitantos años y nos saca una cabeza y dos mil músculos?
Para que el devoralibros de Uchiha-san se ponga a dar hostias al aire sin ton ni son por pura preocupación sobre su Taijutsu tenía que ser algo gordo, algo gordo como un Akimichi. Un Akimichi en Kusa tenía que ser algo digno de ver porque de comer plantas uno no engorda, eso es de primero de carnívorismo.
—¿A qué te refieres? ¿Alguna técnica secreta, acaso?
— No sé qué estás imaginandote pero seguro que eso no es. Es solo que es Doton y si hago algo de Ninjutsu en estas... tiendecitas, incluso mi Doton, que es más flojo que un Kuseño, me cargaré medio dojo. Y ya sabes lo que les hacen aquí a los que rompen dojos.
Me pasé el dedo por el cuello para que entendiera la referencia y evite por todos los medios posibles pensar en Haskoz, que eso sería metarol.
—Nabi—