30/06/2017, 23:38
—Realmente tengo 18 años, creo...Pero, vivir he vivido... quizás 50 o 60 años... la verdad es que no lo sé. Hay un momento en el que terminas perdiendo interés en celebrar un cumpleaños cuando eres incapaz de envejecer, supongo...
Juro tomó aire. Aunque ya esperaba algo así, escucharlo era diferente. Realmente Aiko se veía como una chica joven, y bastante guapa. El chico trató de imaginar su versión real, si no fuese inmortal. Una sexagenaria pelirroja con la piel y los tatuajes arrugados, con el mismo aire chulesco, mientras caminaba con un bastón tuneado.
« Entonces es como una señora mayor. Debe ser muy experimentada »
¿Tendría que tratarla de usted? Supuso que no. No parecía que le fuese ese rollo. Pero aun así...
—Hay muchos que lo consideran ésto un don divino, pero... Que te lo den por la fuerza, cuando tu nunca lo pediste, y a cambio de la persona mas importante en tu vida... Casi es mas un castigo que una bendición.
El ambiente se enfrió un poco. Si ni si quiera imaginar a una Aiko vieja le animó. No tenía ni idea de porque había poseído ese don, pero por lo que decía, no había sido casualidad. Para conseguir algo tan increíble debía de dar algo muy valioso en su vida. Era como un intercambio equivalente.
— Lo siento, no sabía que hubiese sido de ese modo — admitió. En su defensa, decir que fue la chica la que lo dijo de primera mano —, si es algo tan desagradable, no tenemos porque hablar de ello.
Si, la curiosidad le carcomía. Pero sabía cuando había que mantener las apariencias. Si la presionaba así, sabiendo eso, no sería muy diferente del tío que le clavo la lanza al corazón.
— No soy tan interesante como tú, pero puedo entretener— prometió, algo más animado. Se sentó, pero no se atrevió a ponerse al borde del acantilado. Extendió un brazo y tocó su piel — Mírame. ¿A que parezco un fantasma? Mi madre también solía ser así.-
Juro tomó aire. Aunque ya esperaba algo así, escucharlo era diferente. Realmente Aiko se veía como una chica joven, y bastante guapa. El chico trató de imaginar su versión real, si no fuese inmortal. Una sexagenaria pelirroja con la piel y los tatuajes arrugados, con el mismo aire chulesco, mientras caminaba con un bastón tuneado.
« Entonces es como una señora mayor. Debe ser muy experimentada »
¿Tendría que tratarla de usted? Supuso que no. No parecía que le fuese ese rollo. Pero aun así...
—Hay muchos que lo consideran ésto un don divino, pero... Que te lo den por la fuerza, cuando tu nunca lo pediste, y a cambio de la persona mas importante en tu vida... Casi es mas un castigo que una bendición.
El ambiente se enfrió un poco. Si ni si quiera imaginar a una Aiko vieja le animó. No tenía ni idea de porque había poseído ese don, pero por lo que decía, no había sido casualidad. Para conseguir algo tan increíble debía de dar algo muy valioso en su vida. Era como un intercambio equivalente.
— Lo siento, no sabía que hubiese sido de ese modo — admitió. En su defensa, decir que fue la chica la que lo dijo de primera mano —, si es algo tan desagradable, no tenemos porque hablar de ello.
Si, la curiosidad le carcomía. Pero sabía cuando había que mantener las apariencias. Si la presionaba así, sabiendo eso, no sería muy diferente del tío que le clavo la lanza al corazón.
— No soy tan interesante como tú, pero puedo entretener— prometió, algo más animado. Se sentó, pero no se atrevió a ponerse al borde del acantilado. Extendió un brazo y tocó su piel — Mírame. ¿A que parezco un fantasma? Mi madre también solía ser así.-
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60