1/07/2017, 15:20
Tal y como se temía, el chico corroboró que se conocían, no del todo pero de alguna manera habían terminado juntos. Al parecer, el tiempo que compartieron fue efímero, no les dio para conocerse realmente. Afirmó que no llegaron a ser formalmente una pareja, pero que no dudaba en absoluto de que llegasen a haberlo sido de haberse cruzado sus caminos de nuevo. Al parecer, "ambos quedaron satisfechos" del encuentro pese a que no fuese posible repetirlo...
Los síntomas de duda cada vez fueron a mas tras esas palabras. Mientras que el chico sostuvo la conversación, dejando el habla para abanicarse, la chica quedó por unos instantes en silencio. Le había ocurrido veces de que había olvidado a alguien y éste le había saludado, pero meramente amigos, o amigas... conocidos en todo caso. Pero... jamás le había pasado de tener una relación efímera con alguien y que éste se hubiese enamorado.
¿Qué debía hacer, o decir?
La chica dejó caer un suspiro, y aunque no sabía muy bien qué hacer en éste caso, se acercó a paso muy lento. En su mente, buscaba que hacer o decir con tremenda rapidez, cómo alejar ésta situación a toda costa. Después de todo, cómo compartir la vida con alguien que iba a morir tarde o temprano...
—¿Sabes...? —comenzó a tantear el terreno, mientras que terminaba cortando las distancias, hasta un
punto en que casi violaba su espacio personal. —Quizás fuese un polvo salvaje, o el primero de tu vida, no lo sé, la verdad... Pero, lo que si sé es que con suerte vivas 70 años, y tras eso morirás como cualquier otra persona. Sin embargo, yo no puedo morir... y te veré envejecer a mi lado, mientras yo conservo por todo ese tiempo la misma apariencia, sería muy raro y doloroso para ambos... Lo siento, pero lo nuestro no funcionaría.
Sus ojos se clavaban en los del chico, atravesándolo. Sus rostros casi se tocaban, pero la chica no parecía dispuesta a retroceder. De pronto, la pelirroja lanzó su mano hacia el paquete del chico, con descaro. Palpó sin pudor alguno, buscando saber de qué "herramienta" disponía el chico. Tras ello, sonrió, y soltó su masculinidad, cesando la posiblemente intimidante actitud.
—Tampoco es tan grande... pero peores cosas he visto.
Dejó ahora un paso o dos de separación entre ellos.
«¿Qué vería en éste chico? Es mono, pero... ¿tanto como para tirarselo? Cada vez tengo un gusto mas raro...
casi parece mariquita con el abanico...»
Aún no podía quitarse ese pensamiento de la cabeza.
Los síntomas de duda cada vez fueron a mas tras esas palabras. Mientras que el chico sostuvo la conversación, dejando el habla para abanicarse, la chica quedó por unos instantes en silencio. Le había ocurrido veces de que había olvidado a alguien y éste le había saludado, pero meramente amigos, o amigas... conocidos en todo caso. Pero... jamás le había pasado de tener una relación efímera con alguien y que éste se hubiese enamorado.
¿Qué debía hacer, o decir?
La chica dejó caer un suspiro, y aunque no sabía muy bien qué hacer en éste caso, se acercó a paso muy lento. En su mente, buscaba que hacer o decir con tremenda rapidez, cómo alejar ésta situación a toda costa. Después de todo, cómo compartir la vida con alguien que iba a morir tarde o temprano...
—¿Sabes...? —comenzó a tantear el terreno, mientras que terminaba cortando las distancias, hasta un
punto en que casi violaba su espacio personal. —Quizás fuese un polvo salvaje, o el primero de tu vida, no lo sé, la verdad... Pero, lo que si sé es que con suerte vivas 70 años, y tras eso morirás como cualquier otra persona. Sin embargo, yo no puedo morir... y te veré envejecer a mi lado, mientras yo conservo por todo ese tiempo la misma apariencia, sería muy raro y doloroso para ambos... Lo siento, pero lo nuestro no funcionaría.
Sus ojos se clavaban en los del chico, atravesándolo. Sus rostros casi se tocaban, pero la chica no parecía dispuesta a retroceder. De pronto, la pelirroja lanzó su mano hacia el paquete del chico, con descaro. Palpó sin pudor alguno, buscando saber de qué "herramienta" disponía el chico. Tras ello, sonrió, y soltó su masculinidad, cesando la posiblemente intimidante actitud.
—Tampoco es tan grande... pero peores cosas he visto.
Dejó ahora un paso o dos de separación entre ellos.
«¿Qué vería en éste chico? Es mono, pero... ¿tanto como para tirarselo? Cada vez tengo un gusto mas raro...
casi parece mariquita con el abanico...»
Aún no podía quitarse ese pensamiento de la cabeza.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)