5/07/2017, 04:00
—Ah… Koko. —Definitivamente había sonado desilusionado por no estar delante de Noemi, pero ¿por qué? Si aquellos dos se llevaban horriblemente mal y Koko por lo menos no le había hecho absolutamente nada, aunque sí que se había sentido sumamente perturbada al encontrarse que un completo desconocido la reconoció con solo una mirada rápida e incluso se sabía su nombre. Para rematar, ese chico era una amistad de Datsue, simplemente por eso era que no podía fiarse demasiado del Uchiha que permanecía en el piso balbuceando algo de un entrenamiento.
No dijo absolutamente nada al respecto, pero su mirada cambió drásticamente por una algo más relajada, aunque también incrédula, después de todo era extraño eso de las mil vueltas al valle y que estuviese tan bien como para ponerse a hablar de esa forma. Es cierto que estaba agitado pero de haber dado todas esas vueltas y sin agua muy probablemente ahora mismo estaría muerto.
—¿Por qué será que no te creo? —Comentó sin interrumpir a la de Amegakure.
Una de las cejas de la pecosa se alzó levemente en lo que esperaba una respuesta por parte del Uchiha, pero sin lugar a dudas lo más sorprendente habían sido las reacciones de la desconocida, parecía ser que se había creído cada palabra de Datsue sin ningún problema.
Justo para cuando Ayame mencionó lo del médico para Datsue, la rubia recordó que nadie había presentado a nadie, es decir, ahora mismo la de Ame estaría hablando con un par de desconocidos de otra aldea y seguro esperando que ninguno se mostrase hostil con ella. De todas formas, la chica se giró hacia la de cabellos oscuros y con una sonrisa amigable en el rostro habló.
—Un gusto, por cierto —dijo tendiéndole la mano a la chica—Me llamo Kageyama Koko.
Nunca venían mal las presentaciones, incluso si eso implicaba pasar por alto completamente el estado deplorable en el que un compatriota se encontraba.
No dijo absolutamente nada al respecto, pero su mirada cambió drásticamente por una algo más relajada, aunque también incrédula, después de todo era extraño eso de las mil vueltas al valle y que estuviese tan bien como para ponerse a hablar de esa forma. Es cierto que estaba agitado pero de haber dado todas esas vueltas y sin agua muy probablemente ahora mismo estaría muerto.
—¿Por qué será que no te creo? —Comentó sin interrumpir a la de Amegakure.
Una de las cejas de la pecosa se alzó levemente en lo que esperaba una respuesta por parte del Uchiha, pero sin lugar a dudas lo más sorprendente habían sido las reacciones de la desconocida, parecía ser que se había creído cada palabra de Datsue sin ningún problema.
Justo para cuando Ayame mencionó lo del médico para Datsue, la rubia recordó que nadie había presentado a nadie, es decir, ahora mismo la de Ame estaría hablando con un par de desconocidos de otra aldea y seguro esperando que ninguno se mostrase hostil con ella. De todas formas, la chica se giró hacia la de cabellos oscuros y con una sonrisa amigable en el rostro habló.
—Un gusto, por cierto —dijo tendiéndole la mano a la chica—Me llamo Kageyama Koko.
Nunca venían mal las presentaciones, incluso si eso implicaba pasar por alto completamente el estado deplorable en el que un compatriota se encontraba.