9/07/2017, 20:40
Akame apresuró a intentar burlarse del comentario heroico de la chica. Su manera de pensar distaba mucho de la del genin, y éste no tuvo dilaciones en hacerlo público, confirmando sus prioridades. Como bien había dicho la chica, no estaba allí para entablar una disputa, ni mucho menos...
—Es un país libre... «Puedes hacer lo que te venga en gana...»
Datsue afirmó, casi convencido, de que probablemente el asesino del señor que había ostentado el cargo de ayudante del gran artista no era el shinobi que había ayudado a escapar al tipo con cara de rata. Según deducía, los tiempos no llegaban a coincidir, el que había asesinado a ese segundo hombre lo había hecho en mitad de la confusión del primer asesinato, concretamente cuando el cadáver de éste se había alzado. Ésto era un dato que anteriormente no había analizado bien la chica. El cadáver del hombre no había sido mas que una distracción, un alzamiento no muerto de unos escasos segundos donde aprovecharon para eliminar al verdadero objetivo.
«¿Quizás fue algún tipo de técnica para manipularlo? No estuvo vivo, si no que lo usaron como títere...»
Tras esa información tan valiosa, el chico comentó que no le había dicho nada en referencia al susodicho shinobi. Que le podían facilitar algún dato, aunque descartaba casi por asegurado que éste hubiese podido estar en dos lugares al mismo tiempo. Eso sí, hizo hincapié en que eso de no ser que éste supiese de algún jutsu avanzado, en cuyo caso realmente estaría jodidos.
Su compatriota fue el primero en responder, confirmando que no habían visto el rostro del shinobi, así como informando que éste había usado una técnica de elemento viento, con la cuál había atendido a la heroína. No tardó en reírse de su propio chiste, como si hubiese sido un buen chiste. La chica sin embargo no rió, y no porque no lo hubiese pillado, si no porque no tenía la menor pizca de gracia.
—Akame, deberías meditar sobre dejar la profesión de shinobi y dedicarte a la comedia... —se burló en ésta ocasión la chica.
La conversación la verdad es que no terminaba de ser fructífera, al menos con Akame. ¿Dejaría de lado sus tonterías y se centraría en su objetivo, pese a que fuese distinto al de la kunoichi? Solo el tiempo lo diría...
Entre tanto, el trío lalala salió de la posada, y terminó callejeando hasta lograr encontrar el lugar indicado por el mesero. El sitio estaba abarrotado, no cabía ni una aguja. Un montón de conciudadanos que mostraban sus respetos a la familia, vestidos con sus mejores galas. Akame permaneció bastante alejado de la muchedumbre, al igual que Aiko, que observaba con detenimiento si había rastro alguno de alguna evidencia. Lamentablemente, no sabía muy bien qué era lo que debía buscar...
—Es un país libre... «Puedes hacer lo que te venga en gana...»
Datsue afirmó, casi convencido, de que probablemente el asesino del señor que había ostentado el cargo de ayudante del gran artista no era el shinobi que había ayudado a escapar al tipo con cara de rata. Según deducía, los tiempos no llegaban a coincidir, el que había asesinado a ese segundo hombre lo había hecho en mitad de la confusión del primer asesinato, concretamente cuando el cadáver de éste se había alzado. Ésto era un dato que anteriormente no había analizado bien la chica. El cadáver del hombre no había sido mas que una distracción, un alzamiento no muerto de unos escasos segundos donde aprovecharon para eliminar al verdadero objetivo.
«¿Quizás fue algún tipo de técnica para manipularlo? No estuvo vivo, si no que lo usaron como títere...»
Tras esa información tan valiosa, el chico comentó que no le había dicho nada en referencia al susodicho shinobi. Que le podían facilitar algún dato, aunque descartaba casi por asegurado que éste hubiese podido estar en dos lugares al mismo tiempo. Eso sí, hizo hincapié en que eso de no ser que éste supiese de algún jutsu avanzado, en cuyo caso realmente estaría jodidos.
Su compatriota fue el primero en responder, confirmando que no habían visto el rostro del shinobi, así como informando que éste había usado una técnica de elemento viento, con la cuál había atendido a la heroína. No tardó en reírse de su propio chiste, como si hubiese sido un buen chiste. La chica sin embargo no rió, y no porque no lo hubiese pillado, si no porque no tenía la menor pizca de gracia.
—Akame, deberías meditar sobre dejar la profesión de shinobi y dedicarte a la comedia... —se burló en ésta ocasión la chica.
La conversación la verdad es que no terminaba de ser fructífera, al menos con Akame. ¿Dejaría de lado sus tonterías y se centraría en su objetivo, pese a que fuese distinto al de la kunoichi? Solo el tiempo lo diría...
Entre tanto, el trío lalala salió de la posada, y terminó callejeando hasta lograr encontrar el lugar indicado por el mesero. El sitio estaba abarrotado, no cabía ni una aguja. Un montón de conciudadanos que mostraban sus respetos a la familia, vestidos con sus mejores galas. Akame permaneció bastante alejado de la muchedumbre, al igual que Aiko, que observaba con detenimiento si había rastro alguno de alguna evidencia. Lamentablemente, no sabía muy bien qué era lo que debía buscar...