12/07/2017, 02:07
(Última modificación: 29/07/2017, 02:53 por Amedama Daruu.)
Daruu abrió los ojos, confuso, con el estómago revuelto y con ganas de vomitar. Vio una mancha oscura entre un montón de hojitas verdes, que le estaba echando aire. Se estaba muy a gusto, pero de pronto recordó lo que había pasado y se sintió profundamente estúpido.
—¿Me he desmayado, no? —preguntó lo evidente como un gilipollas.
El muchacho se reincorporó con dificultad y echó una mirada de reojo a la mujer que estaba tendida a apenas medio metro de él. La herida no era más que una pequeña cicatriz ahora, pero apartó rápidamente la mirada, no fuera que volviera a caer inconsciente.
—¿Cómo es posible? No tiene siquiera la herida cosida... No hay casi marca. ¿Cómo lo has hecho?
Obviamente, Daruu no tenía ni idea de la existencia de técnicas médicas como el Shousen, de lo contrario la rápida recuperación de la chica le habría parecido completamente normal.
—¿Me he desmayado, no? —preguntó lo evidente como un gilipollas.
El muchacho se reincorporó con dificultad y echó una mirada de reojo a la mujer que estaba tendida a apenas medio metro de él. La herida no era más que una pequeña cicatriz ahora, pero apartó rápidamente la mirada, no fuera que volviera a caer inconsciente.
—¿Cómo es posible? No tiene siquiera la herida cosida... No hay casi marca. ¿Cómo lo has hecho?
Obviamente, Daruu no tenía ni idea de la existencia de técnicas médicas como el Shousen, de lo contrario la rápida recuperación de la chica le habría parecido completamente normal.