12/07/2017, 16:14
La ceremonia había dado comienzo seguramente hacía no demasiado tiempo. La gente continuaba dando el pésame a la familia, donde la pobre viuda destacaba con su desconsolado llanto. Las lágrimas que recorrían su rostro no eran mas que un leve pico de ese iceberg que debían ser sus sentimientos en ese momento. Pero, tampoco podía dejarse llevar por éstos sentimientos, pues sus hijos sufrirían aún más de verla así. Seguramente hacía de tripas corazón, como bien decía su padre para éste tipo de situaciones...
A la vera del genin de Uzu, sendos chicos inspeccionaban con la mirada en busca de algún detalle interesante. Sin embargo, nada parecía querer llamar la atención. Todo sucedía con toda la calma y normalidad que éste tipo de sucesos podían concurrir. Pero Akame susurró algo que al parecer le había extrañado, un detalle quizás algo extraño.
¿Por qué ese hombre se codeaba con gente de alto y bajo estatus social?
La verdad, a la pelirroja tampoco le extrañó tanto. Al parecer el hombre había estado haciendo tratos con un tipo llamado jefe, una especie de mafioso. Era casi seguro que había conseguido escalar su estatus desde lo mas bajo, y los que allí se encontraban de familias humildes, no eran mas que antiguos conocidos...
—La verdad, creo que la gente que no encaja entre los ciudadanos de alta clase social eran antiguos amigos de ese hombre... supongo que ganó dinero y reputación a base de sus negocios con ese criminal con el que se codeaba, y de ellos que esté aquí la gente altruista. Sin embargo, el resto son seguramente los que verdaderamente le conocían.
La chica intentó encaminar la charla con el mismo volumen de tono. Después de todo, tampoco querían destacar mas de lo que ya lo estaban haciendo. Casi todas las miradas se extrañaban de la presencia de los tres genin, puesto que nadie les conocía. Datsue entre tanto, aprovechó para acercarse a ver al muerto.
De pronto, los susurros, puchicheos y miradas fueron hacia otro extremo del escenario. Rokuro Hei había hecho aparición, demacrado y claramente afectado, como si llevase al menos una semana sin dormir y comer. Éste propuso a la viuda dedicarle una canción, en disculpa por lo sucedido. La viuda afirmó que podía proceder, mientras que trataba de borrar las lágrimas que surcaban su rostro.
Sin embargo, Datsue parecía indispuesto a dejar que eso sucediese. Presto y raudo, se presentó ante el genuino músico, y le lanzó unas palabras casi inaudibles para la pelirroja —a causa de la distancia— que seguramente dejarían sin habla a mas de uno de los presentes.
Aiko permanecía con la vista de rapaz desde su posición, cautelosa y expectante.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)