16/07/2017, 18:30
— Ah, vale, ¡estaba asustada! Pensaba que había malinterpretado tus palabras y nos habíamos desviado porque ya no querías ir al lago conmigo, quizás porque te habías cansado de mí.
Su voz se iba apagando conforme iba hablando mientras hacía una serie de florituras con los brazos y sus manos, intentando que Nabi no creyese que algo raro le pasaba, pues no le pasaba nada, solo quería saber si llegarían a su destino y no terminaban perdiéndose y teniendo que acampar en pleno bosque.
— Solo nos queda subir un par de horas rio arriba y estaremos allí, confía en mí.
— ¡Vaaaaaaaaaaale! — Exclamó ahora mucho más tranquila y relajada mientras empezaba a tararear una canción popular de su propia villa. — ¿Y nos podremos bañar en el lago?
Ambos jóvenes se encontraban andando junto al río, mientras subían tranquilamente por su lado, bordeando el agua mientras ésta bajaba y golpeaba algunas piedras que había a su paso, haciendo que Eri disfrutase incluso más aquel pequeño viaje gracias al apacible sonido del agua acompañándola.
— ¿Qué te parece? Está muy calmado.
— Es... Genial. — Murmuró ella dejando de tararear, aún disfrutando el sonido del agua. — Aquí encuentra uno la tranquilidad... — Luego paró un simple momento para acuclillarse cerca del río y contemplar su caída. — Gracias... Por traerme aquí, Nabi-kun.
Luego se levantó y volvió a tomar su mano, apretando con fuerza mientras miraba al Senju fijamente a los ojos con una sonrisa dibujada en sus labios.
Su voz se iba apagando conforme iba hablando mientras hacía una serie de florituras con los brazos y sus manos, intentando que Nabi no creyese que algo raro le pasaba, pues no le pasaba nada, solo quería saber si llegarían a su destino y no terminaban perdiéndose y teniendo que acampar en pleno bosque.
— Solo nos queda subir un par de horas rio arriba y estaremos allí, confía en mí.
— ¡Vaaaaaaaaaaale! — Exclamó ahora mucho más tranquila y relajada mientras empezaba a tararear una canción popular de su propia villa. — ¿Y nos podremos bañar en el lago?
Ambos jóvenes se encontraban andando junto al río, mientras subían tranquilamente por su lado, bordeando el agua mientras ésta bajaba y golpeaba algunas piedras que había a su paso, haciendo que Eri disfrutase incluso más aquel pequeño viaje gracias al apacible sonido del agua acompañándola.
— ¿Qué te parece? Está muy calmado.
— Es... Genial. — Murmuró ella dejando de tararear, aún disfrutando el sonido del agua. — Aquí encuentra uno la tranquilidad... — Luego paró un simple momento para acuclillarse cerca del río y contemplar su caída. — Gracias... Por traerme aquí, Nabi-kun.
Luego se levantó y volvió a tomar su mano, apretando con fuerza mientras miraba al Senju fijamente a los ojos con una sonrisa dibujada en sus labios.