17/07/2017, 16:46
(Última modificación: 17/07/2017, 16:46 por Uchiha Akame.)
—Pues yo... —a Akame le dolían en el alma las palabras que estaba apunto de decir—. Hoy por hoy tampoco cumplo los requisitos. Supongo que sí son altos, ehem.
Admitir que había sido incapaz de cumplir todas las misiones necesarias para poder anotarse en el Examen de Chuunin era algo que le comía las entrañas. Sin embargo, había una rayo de luz en aquella oscuridad; los ninjas que hiciesen un buen papel en el Torneo podrían ser recomendados por sus Kages para el Examen. «Y pienso llevarme esa invitación de parte de Uzumaki-sama...»
—Pero confío en que dejaré el nombre de Uzushiogakure bien alto en este Torneo. Quizás así Uzumaki Gouna-sama me recomiende para la prueba de ascenso.
Mientras hablaba, el Uchiha se puso una camiseta limpia, bebió agua de su cantimplora y recogió todos los bártulos de entrenamiento. Hablar tanto y practicar poco le había dado hambre, amén de que ya tenía todos los músculos del cuerpo congelados. El Sol empezaba a calentar a aquellas horas, de modo que el Uchiha decidió simplemente tomarse un descanso de su entrenamiento y marcharse.
—Suerte en el Torneo, Nabi-san —le dijo a su compañero mientras, colgándose la mochila del hombro, se dirigía hacia la puerta—. Y gracias por la información.
Admitir que había sido incapaz de cumplir todas las misiones necesarias para poder anotarse en el Examen de Chuunin era algo que le comía las entrañas. Sin embargo, había una rayo de luz en aquella oscuridad; los ninjas que hiciesen un buen papel en el Torneo podrían ser recomendados por sus Kages para el Examen. «Y pienso llevarme esa invitación de parte de Uzumaki-sama...»
—Pero confío en que dejaré el nombre de Uzushiogakure bien alto en este Torneo. Quizás así Uzumaki Gouna-sama me recomiende para la prueba de ascenso.
Mientras hablaba, el Uchiha se puso una camiseta limpia, bebió agua de su cantimplora y recogió todos los bártulos de entrenamiento. Hablar tanto y practicar poco le había dado hambre, amén de que ya tenía todos los músculos del cuerpo congelados. El Sol empezaba a calentar a aquellas horas, de modo que el Uchiha decidió simplemente tomarse un descanso de su entrenamiento y marcharse.
—Suerte en el Torneo, Nabi-san —le dijo a su compañero mientras, colgándose la mochila del hombro, se dirigía hacia la puerta—. Y gracias por la información.