18/07/2017, 13:11
(Última modificación: 29/07/2017, 02:53 por Amedama Daruu.)
—¡Claramente parece que no recuerdas que estás en presencia del mejor médico de Amegakure, Daruu-san!
Daruu miró a la herida de la mujer, casi totalmente curada, luego a Mogura, y de nuevo luego a la mujer. Volvió a mirar a Mogura y entrecerró los ojos con sospecha, como inquiriendo que había algo más detrás de la pronta recuperación de la chica.
—Lo importante es que esta mujer se encuentra fuera de peligro.
Daruu suspiró y se rascó la nuca. Se levantó.
—Sí, eso si es ver...
La mujer tosió y reincorporó el torso, apoyando ambas manos en tierra. Les dirigió una mirada asustada a ellos, y luego al camino entre los arbustos. Se llevó una mano a la cara y se la tocó. Chasqueó la lengua con fastidio y se levantó de un salto.
—¿Estás b-?
Daruu sintió un golpe en el estómago que lo derribó al suelo. Se agarró la tripa con ambas manos, gimiendo de dolor. La mujer caminó un paso hacia Mogura y le propinó una patada giratoria que lo derribó al suelo.
—Lo siento, y... gracias.
Realizó un par de sellos y una neblina envolvió a la mente de los dos jóvenes, que sintieron cómo sus párpados eran cada vez más y más pesados...
Mogura y Daruu despertaron en Nishinoya, sentados en un banco al lado del estanque. Daruu miró a un lado, a otro, vio a Mogura y pegó un pequeño respingo. Estaba somnoliento, era casi de noche ya y se ve que se había quedado dormido. ¿Pero cuando...?
—¿Mogura? ¿Qué haces aquí? ¿Tú también participas en el torneo...?
Daruu tenía la extraña sensación de que ya había hecho esa pregunta, pero no, era imposible. Él se había sentado un momento... Se había dormido... Y... Y...
Daruu miró a la herida de la mujer, casi totalmente curada, luego a Mogura, y de nuevo luego a la mujer. Volvió a mirar a Mogura y entrecerró los ojos con sospecha, como inquiriendo que había algo más detrás de la pronta recuperación de la chica.
—Lo importante es que esta mujer se encuentra fuera de peligro.
Daruu suspiró y se rascó la nuca. Se levantó.
—Sí, eso si es ver...
La mujer tosió y reincorporó el torso, apoyando ambas manos en tierra. Les dirigió una mirada asustada a ellos, y luego al camino entre los arbustos. Se llevó una mano a la cara y se la tocó. Chasqueó la lengua con fastidio y se levantó de un salto.
—¿Estás b-?
Daruu sintió un golpe en el estómago que lo derribó al suelo. Se agarró la tripa con ambas manos, gimiendo de dolor. La mujer caminó un paso hacia Mogura y le propinó una patada giratoria que lo derribó al suelo.
—Lo siento, y... gracias.
Realizó un par de sellos y una neblina envolvió a la mente de los dos jóvenes, que sintieron cómo sus párpados eran cada vez más y más pesados...
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Mogura y Daruu despertaron en Nishinoya, sentados en un banco al lado del estanque. Daruu miró a un lado, a otro, vio a Mogura y pegó un pequeño respingo. Estaba somnoliento, era casi de noche ya y se ve que se había quedado dormido. ¿Pero cuando...?
—¿Mogura? ¿Qué haces aquí? ¿Tú también participas en el torneo...?
Daruu tenía la extraña sensación de que ya había hecho esa pregunta, pero no, era imposible. Él se había sentado un momento... Se había dormido... Y... Y...