18/07/2017, 21:10
(Última modificación: 29/07/2017, 02:54 por Amedama Daruu.)
A pesar de poder ver muy bien, Daruu no podía percibir lo que realmente había hecho Mogura y no le quedaba otra que creer en sus palabras. Estaba a punto de admitir que el joven médico tenía razón cuando fue interrumido por la fémina.
La mirada del joven médico se dirigió hacía ella y fue justo a tiempo para verla darle un golpe a Daruu que lo dejaría totalmente fuera de acción. Los ojos del muchacho no podían abrirse más, no hubo chance para él para evitar la patada. El resto quedaría totalmente perdido en su memoria.
Mogura despertaría después en un banco, el lugar le costaría identificarlo al principio pues cuando él dormía, dormía en serio.
—¿Mogura? ¿Qué haces aquí? ¿Tú también participas en el torneo...?
Le sorprendió enormemente encontrarse justamente con ese muchacho en aquel lugar, entonces fue cuando terminó de entender donde estaba. Nishinoya, el hospedaje de la gente de Amegakure en el torneo.
¡Daruu-san! ¡Buenas...noches?
Hizo un intento de ponerse de pie y desperezarse y mirar a su alrededor.
Supongo que me desmaye por el calor que hace en este lugar.
Comentaría con un tono un tanto jocoso, no podría encontrar otra respuesta al por qué se había quedado dormido en ese lugar.
¡El País del Fuego es un lugar muy caluroso! ¿A quien se le ocurre organizar un torneo en un lugar como este?
Preguntaría para luego buscar su abanico en su cinturón. ¿Estaría todavía con él?
La mirada del joven médico se dirigió hacía ella y fue justo a tiempo para verla darle un golpe a Daruu que lo dejaría totalmente fuera de acción. Los ojos del muchacho no podían abrirse más, no hubo chance para él para evitar la patada. El resto quedaría totalmente perdido en su memoria.
Mogura despertaría después en un banco, el lugar le costaría identificarlo al principio pues cuando él dormía, dormía en serio.
—¿Mogura? ¿Qué haces aquí? ¿Tú también participas en el torneo...?
Le sorprendió enormemente encontrarse justamente con ese muchacho en aquel lugar, entonces fue cuando terminó de entender donde estaba. Nishinoya, el hospedaje de la gente de Amegakure en el torneo.
¡Daruu-san! ¡Buenas...noches?
Hizo un intento de ponerse de pie y desperezarse y mirar a su alrededor.
Supongo que me desmaye por el calor que hace en este lugar.
Comentaría con un tono un tanto jocoso, no podría encontrar otra respuesta al por qué se había quedado dormido en ese lugar.
¡El País del Fuego es un lugar muy caluroso! ¿A quien se le ocurre organizar un torneo en un lugar como este?
Preguntaría para luego buscar su abanico en su cinturón. ¿Estaría todavía con él?
Hablo - Pienso