19/07/2017, 22:42
La nube de papeles consiguió deslizarse entre las personas con algo mas de facilidad de lo que Akame podría arrastrar. Por suerte, éste tampoco perdió demasiado tiempo, y a base de usar la caminata vertical se adhirió a la pared e intentó seguir el ritmo. En mitad de la escaramuza, la chica consiguió ejecutar a la perfección su plan, una obra maestra que había improvisado de buenas a primeras, pero que sin duda no decepcionaba pese a la falta de tiempo para su planeamiento.
«¡Bien!»
Tanto acame como el torrente de papeles salieron casi a la par, persiguiendo por bien poco al tipo con cara de rata y al músico que había secuestrado. Sin embargo, al salir no vieron mas que sus propias sombras y una calle vacía. No parecía haber rastro alguno del tipo con cara de rata, y tampoco de la nueva víctima.
El chico blasfemó la situación, preguntándose como era posible eso. Apenas lo habían perdido de vista unos segundos, y ya no había ni rastro. Pero, lejos de enfadarse, la pelirroja sonrió. Tenía al tipo con cara de rata justo donde quería, delatando su posición y su posible guarida. No quedaba mas que bajar al alcantarillado y rescatar al músico. La chica, con una sonrisa de oreja a oreja, buscó a su alrededor, e irónicamente perdió lo que buscaba.
Datsue...
—Diablos, ¿dónde demonios se ha metido ahora Datsue? Vayamos a por él... el hombre con cara de rata no tiene donde esconderse, lleva una de mis mariposas en sus ropas. —informó a Akame.
Sin demora, la chica se enzarzó a la carrera, mientras que su cuerpo se iba descomponiendo en un nuevo torrente de papeles. Ésta vez no desapareció por completo, tan solo hizo una gran señal de papeles —una columna de éstos— para indicar claramente cuál era su posición.
—¡DATSUEEEEEEEE!
Comenzaría a buscar rápidamente a su otro compañero, seguramente con ayuda de Akame. Ahora podían perseguir al maldito tipo con cara de rata hasta el mismísimo infierno, o al menos hasta su maldita guarida. Fuere como fuere, el tiempo apremiaba, no era mas que cuestión de tiempo que el músico fuese una víctima mas...
«¡Bien!»
Tanto acame como el torrente de papeles salieron casi a la par, persiguiendo por bien poco al tipo con cara de rata y al músico que había secuestrado. Sin embargo, al salir no vieron mas que sus propias sombras y una calle vacía. No parecía haber rastro alguno del tipo con cara de rata, y tampoco de la nueva víctima.
El chico blasfemó la situación, preguntándose como era posible eso. Apenas lo habían perdido de vista unos segundos, y ya no había ni rastro. Pero, lejos de enfadarse, la pelirroja sonrió. Tenía al tipo con cara de rata justo donde quería, delatando su posición y su posible guarida. No quedaba mas que bajar al alcantarillado y rescatar al músico. La chica, con una sonrisa de oreja a oreja, buscó a su alrededor, e irónicamente perdió lo que buscaba.
Datsue...
—Diablos, ¿dónde demonios se ha metido ahora Datsue? Vayamos a por él... el hombre con cara de rata no tiene donde esconderse, lleva una de mis mariposas en sus ropas. —informó a Akame.
Sin demora, la chica se enzarzó a la carrera, mientras que su cuerpo se iba descomponiendo en un nuevo torrente de papeles. Ésta vez no desapareció por completo, tan solo hizo una gran señal de papeles —una columna de éstos— para indicar claramente cuál era su posición.
—¡DATSUEEEEEEEE!
Comenzaría a buscar rápidamente a su otro compañero, seguramente con ayuda de Akame. Ahora podían perseguir al maldito tipo con cara de rata hasta el mismísimo infierno, o al menos hasta su maldita guarida. Fuere como fuere, el tiempo apremiaba, no era mas que cuestión de tiempo que el músico fuese una víctima mas...