20/07/2017, 16:05
Mi contrincante estaba congelado de estupefacción o de nerviosismo, o de lo que fuera, la cuestión es que su reacción a mi gran despliegue de habilidad fue nula. Así que sin perder un segundo salté desde lo alto de mi enorme y perfectamente Uzunes muro dirigiendo mi puño a la cara de Kotetsu.
Si no hacía nada por evitarlo recibiría mi puñetazo en su rostro y ambos caeriamos al suelo, yo por mi parte intentaría quedar encima suyo para inmovilizarlo contra el suelo y acto seguido sacaría el kunai acercandoselo al cuello amenazantemente, dejandole sus dos alternativas bien claras.
Si no hacía nada por evitarlo recibiría mi puñetazo en su rostro y ambos caeriamos al suelo, yo por mi parte intentaría quedar encima suyo para inmovilizarlo contra el suelo y acto seguido sacaría el kunai acercandoselo al cuello amenazantemente, dejandole sus dos alternativas bien claras.
—Nabi—