21/07/2017, 14:37
Mi clon avanzaba tan lentamente que no era de extrañar que a Kotezuma le diera tiempo a sacar dos kunais y cuando estuvieron a la escasa distancia de tres metros le lanzó uno de ellos sin dudar. Mi yo más duro y menos duradero iba con las manos por delante como preparación para el inevitable choque. Así que de un manotazo apartó de su rumbo el kunai lanzado mandandolo fuera del ring sin detenerse ni aminorar la carrera.
Yo miraba discretamente desde detrás del muro y cuando la distancia entre ellos era poca salté sobre el muro como instantes antes había hecho mi clon, buscando distraer a mi rival y que yo mismo en otra carne más petrea le asestase ese puñetazo tan esperado, esta vez al estomago.
— ¿Pegarte con un clon es honroso para ti? ¿Ya eres feliz?
Yo miraba discretamente desde detrás del muro y cuando la distancia entre ellos era poca salté sobre el muro como instantes antes había hecho mi clon, buscando distraer a mi rival y que yo mismo en otra carne más petrea le asestase ese puñetazo tan esperado, esta vez al estomago.
— ¿Pegarte con un clon es honroso para ti? ¿Ya eres feliz?
—Nabi—