21/07/2017, 17:24
—¡Eri, detente! ¡En el kunai que tienes clavado en la espalda hay un sello explosivo de clase A! — —. Ríndete ahora y no pasará nada. Continua y…
El Uchiha se levantó de un salto, lo que Eri entendió como que volvía a la carga, mas sin embargo no pudo hacer nada, la sangre se le heló dentro de sus venas: estaba entra la espada y la pared, y la pared tenía pinchos, pinchos afilados que atravesarían su blanquecina piel si se apoyaba demasiado en ella.
—¿Pero qué? — Preguntó sin todavía creerselo, sin embargo no tenía más opción, Datsue ya tenía la victoria...
Sin embargo, dentro de su cabeza le decía que aunque allí terminase todo, rendirse era una solución... Patética puesto que era un combate para que todos viesen sus habilidades, ¿qué era mejor? ¿Hacer el ridículo o rendirse? Se mordió el labio inferior con rabia pues no tenía otra alternativa...
Era eso, o explotar cual palomita en un microondas.
— Está bien, Datsue-san, joder, ¡no me explotes! — Exclamó levantando las manos para hacer ver que no era ningún truco. — Me rindo, ¿contento?
Se escucharon voces chillar desde todas las gradas, unas aceptando gustosas aquella rendición, otras claramente ofendidas por lo que acababa de hacer la kunoichi; otras simplemente se habían quedado sin habla. Eri, sin duda; se sintió sin ganas de enfrentar la cara de decepción que pondría su Kage, así que no miró hacia el palco hasta que de verdad no se retirase del tatami.
— ¿Qué te parece si me quitas el kunai, nos damos la mano, hacemos una reverencia y nos vamos por donde hemos venido? Tu ganas, solo espero que al menos... Seas capaz de vencer a los demás...
Luego agachó la mirada, ahí acababa todo para la kunoichi.
El Uchiha se levantó de un salto, lo que Eri entendió como que volvía a la carga, mas sin embargo no pudo hacer nada, la sangre se le heló dentro de sus venas: estaba entra la espada y la pared, y la pared tenía pinchos, pinchos afilados que atravesarían su blanquecina piel si se apoyaba demasiado en ella.
—¿Pero qué? — Preguntó sin todavía creerselo, sin embargo no tenía más opción, Datsue ya tenía la victoria...
Sin embargo, dentro de su cabeza le decía que aunque allí terminase todo, rendirse era una solución... Patética puesto que era un combate para que todos viesen sus habilidades, ¿qué era mejor? ¿Hacer el ridículo o rendirse? Se mordió el labio inferior con rabia pues no tenía otra alternativa...
Era eso, o explotar cual palomita en un microondas.
— Está bien, Datsue-san, joder, ¡no me explotes! — Exclamó levantando las manos para hacer ver que no era ningún truco. — Me rindo, ¿contento?
Se escucharon voces chillar desde todas las gradas, unas aceptando gustosas aquella rendición, otras claramente ofendidas por lo que acababa de hacer la kunoichi; otras simplemente se habían quedado sin habla. Eri, sin duda; se sintió sin ganas de enfrentar la cara de decepción que pondría su Kage, así que no miró hacia el palco hasta que de verdad no se retirase del tatami.
— ¿Qué te parece si me quitas el kunai, nos damos la mano, hacemos una reverencia y nos vamos por donde hemos venido? Tu ganas, solo espero que al menos... Seas capaz de vencer a los demás...
Luego agachó la mirada, ahí acababa todo para la kunoichi.