21/07/2017, 20:32
Entre el miedo y la zozobra, Kaido se permitió sentir un ligero cúmulo de satisfacción, al ver como la pantalla de protección de Datsue caía derrumbada ante el las demoledoras palabras de Akame. Éste le incitó, como mejor su lengua le permitió, que fuera él la vanguardia del avance hacia el interior del terrorífico faro, haciendo alarde de sus ya referidas ganas de vivir una buena aventura. Y de añadir un nuevo sobrenombre a su extenso palmares de motes.
Pero la realidad le golpeó en súbito cuando ambos comenzaron a avanzar. Kaido no tuvo ni la intención de apurar el paso, ni tampoco la de quedarse atrás, así que mantuvo la marcha al mismo nivel de Akame.
Con los puños cerrados, colmillos apretados y la mirada un tanto perdida. Como si creyese que en cualquier momento le iban a saltar enemigos de todos lados.
Pero la realidad le golpeó en súbito cuando ambos comenzaron a avanzar. Kaido no tuvo ni la intención de apurar el paso, ni tampoco la de quedarse atrás, así que mantuvo la marcha al mismo nivel de Akame.
Con los puños cerrados, colmillos apretados y la mirada un tanto perdida. Como si creyese que en cualquier momento le iban a saltar enemigos de todos lados.