23/07/2017, 15:21
La idea de Kaido, a primera vista, no le pareció descabellada del todo al Uchiha. Realmente parecía claro que Nishijima Satomu se estaba guardando más de lo que les contaba, y la paciencia de todos los ninjas empezaba a agotarse; si es que no lo había hecho ya. Sin embargo, Akame pronto recordó cómo el escultor tenía bajo sueldo a numerosos guardas por toda la casa, algunos de los cuales incluso habían sido capaces de camuflarse y ocultarse de ellos.
Casi por acto reflejo, Akame activó su Sharingan. Bajo aquella mirada carmesí ningún disfraz serviría y, por precaución, el muchacho escudriñó los alrededores del lugar en busca de cualquier hombre de Satomu que pudiera estar escuchándoles.
Luego, volvería la vista hacia sus compañeros.
—¿Sabéis qué? Creo que estoy de acuerdo con Kaido-san —dijo finalmente el Uchiha—. Este artista lleva demasiado tiempo jugando con nosotros, ocultándonos información sobre cuándo, cómo, por qué. Empiezo a cansarme.
»Claro que, si vamos a tomar lo que queramos con nuestras propias manos, me surgen algunas dudas. ¿Qué pasará si nos descubre? La treintena de soldados que nos escoltaron hasta aquí parece ser sólo una fracción de toda la potencia militar que Nishijima tiene a sueldo. ¿Y este sitio? —Akame alzó la mirada a su alrededor, por encima de los jardines hasta los gruesos muros que blindaban la mansión—. Parece una maldita fortaleza. Pongamos que conseguimos entrar en los aposentos privados del tipo y encontrar la información que buscamos... ¿Cómo salimos de aquí?
Casi por acto reflejo, Akame activó su Sharingan. Bajo aquella mirada carmesí ningún disfraz serviría y, por precaución, el muchacho escudriñó los alrededores del lugar en busca de cualquier hombre de Satomu que pudiera estar escuchándoles.
Luego, volvería la vista hacia sus compañeros.
—¿Sabéis qué? Creo que estoy de acuerdo con Kaido-san —dijo finalmente el Uchiha—. Este artista lleva demasiado tiempo jugando con nosotros, ocultándonos información sobre cuándo, cómo, por qué. Empiezo a cansarme.
»Claro que, si vamos a tomar lo que queramos con nuestras propias manos, me surgen algunas dudas. ¿Qué pasará si nos descubre? La treintena de soldados que nos escoltaron hasta aquí parece ser sólo una fracción de toda la potencia militar que Nishijima tiene a sueldo. ¿Y este sitio? —Akame alzó la mirada a su alrededor, por encima de los jardines hasta los gruesos muros que blindaban la mansión—. Parece una maldita fortaleza. Pongamos que conseguimos entrar en los aposentos privados del tipo y encontrar la información que buscamos... ¿Cómo salimos de aquí?