30/07/2017, 16:47
«Ya me callo… ¡Ya me callo!» quiso farfullar Datsue, cuando rápidamente Akame le taponó la boca. Después… silencio, acompañado por el tenue rumor de sus respiraciones agitadas. Estaban a salvo… por el momento.
Con la suavidad de un felino, Datsue bajó de la ventana y rodeó el cadáver sin querer fijarse demasiado en él, hasta llegar junto a Kaido. El ameriense sugirió bajar a un sótano, donde presumiblemente se encontraba Mizuki. El Uchiha echó un vistazo rápido para vislumbrar las escaleras, oscuras y tétricas. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. No, no le agradaba la idea en absoluto.
—N…
—Sí —le interrumpió Akame, para luego exponer los argumentos que le llevaban a estar tan convencido de su respuesta. Datsue los entendía, y hasta estaba de acuerdo con él… pero eso no significaba que quisiese bajar hasta allí. «Es como meterse en la boca del lobo, joder…»
—Ya no tenemos otra opción —dijo Akame, como leyéndole la mente—. Hay que entrar con todo.
Los tres se miraron durante un intenso momento. Por una vez, los dos parecían estar igual de asustados que él. Un hecho que, extrañamente, le reconfortó. Le hizo no sentirse tan solo. Cuando Akame asintió, el Uchiha se encontró asintiendo también, envalentonado.
—Está bien —murmuró, sin todavía creerse lo que estaba diciendo. ¿Eran aquellos los efectos de la camaradería? Una camaradería artificial y pasajera, claro, condicionada por la situación en la que se encontraban. Tan pasajera como podía ser el efecto que ahora mismo producía en él—. Joder, está bien —se obligó a repetir, como queriendo convencerse a sí mismo.
Apretó los dientes y se lo repitió una tercera vez, esta vez mentalmente. Akame, mientras tanto, ejerció de avanzadilla, inspeccionando el terreno en el que tendrían que adentrarse. Regresó tras unos angustiosos segundos, informándoles de lo que había visto: seis enemigos en un espacio muy reducido; y el timonel atado junto a las escaleras. Esos eran los detalles importantes. Los superfluos, que la noble estaba tumbada en el centro de una sala y que la guardaespaldas estaba junto al timonel, también atada.
—Nuestra prioridad debe ser el marinero. ¿Alguna sugerencia?
—Sí —dijo Datsue, rápidamente—. Primero de todo, si queréis que haga esto con vosotros, el timonel no es nuestra prioridad… Es nuestro único y jodido objetivo —remarcó, en susurros—. Nada de heroísmos ni tonterías, o estamos muertos —dudaba que ninguno de los dos fuese a tener de pronto un ataque de estupidez, pero quería asegurarse—. Y, segundo… Sí, tengo una idea.
Ya la había estado perfilando en su cabeza desde el momento en que Akame se había ido a inspeccionar. Según su punto de vista, solo había dos opciones: un ataque sorpresa, directo y de frente, en el que uno de ellos liberaba al timonel mientras el resto contenía a los enemigos; o, infiltrarse, y esperar el momento adecuado para atacar. El Uchiha, envalentonado pero fiel a su naturaleza, prefería la segunda opción. La más cauta.
Se agachó junto al cadáver y examinó sus ropas y facciones, su figura, su constitución y altura… Luego, realizó unos simples sellos y… ¡pluf! Ahora Datsue era la viva imagen de la encapuchada que Akame había asesinado.
—Lástima que no haya oído el timbre de su voz. —Nada más oír la nueva voz que había adoptado, la piel se le puso de gallina. No lo había hecho aposta, ni siquiera sabía por qué razón la había escogido, pero de pronto se sintió en calma, como si estuviese en la seguridad de su hogar. Sintió que de verdad podían superar aquello. Akame la reconoció en seguida…
… era la difunta voz de Shiona.
—Escuchadme —continuó, y la autoridad de la que solía hacer gala la Uzukage pareció traspasar su alma y reflejarse en el tono de su voz—. Os haréis los inconscientes y os llevaré arrastro hasta abajo. Fingiremos que os he atrapado y os tiraré junto al timonel… No sé cómo reaccionarán, pero esperaréis hasta el momento adecuado para liberarle y salir por patas. Seguramente no tengáis ni que esperar, porque en cuanto tenga que abrir la boca me delataré por la voz. Intentaré compraros el mayor tiempo posible, no obstante, pero no confiéis en que sea mucho.
»Si tenéis alguna idea mejor… Es el momento de decirla.
Con la suavidad de un felino, Datsue bajó de la ventana y rodeó el cadáver sin querer fijarse demasiado en él, hasta llegar junto a Kaido. El ameriense sugirió bajar a un sótano, donde presumiblemente se encontraba Mizuki. El Uchiha echó un vistazo rápido para vislumbrar las escaleras, oscuras y tétricas. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. No, no le agradaba la idea en absoluto.
—N…
—Sí —le interrumpió Akame, para luego exponer los argumentos que le llevaban a estar tan convencido de su respuesta. Datsue los entendía, y hasta estaba de acuerdo con él… pero eso no significaba que quisiese bajar hasta allí. «Es como meterse en la boca del lobo, joder…»
—Ya no tenemos otra opción —dijo Akame, como leyéndole la mente—. Hay que entrar con todo.
Los tres se miraron durante un intenso momento. Por una vez, los dos parecían estar igual de asustados que él. Un hecho que, extrañamente, le reconfortó. Le hizo no sentirse tan solo. Cuando Akame asintió, el Uchiha se encontró asintiendo también, envalentonado.
—Está bien —murmuró, sin todavía creerse lo que estaba diciendo. ¿Eran aquellos los efectos de la camaradería? Una camaradería artificial y pasajera, claro, condicionada por la situación en la que se encontraban. Tan pasajera como podía ser el efecto que ahora mismo producía en él—. Joder, está bien —se obligó a repetir, como queriendo convencerse a sí mismo.
Apretó los dientes y se lo repitió una tercera vez, esta vez mentalmente. Akame, mientras tanto, ejerció de avanzadilla, inspeccionando el terreno en el que tendrían que adentrarse. Regresó tras unos angustiosos segundos, informándoles de lo que había visto: seis enemigos en un espacio muy reducido; y el timonel atado junto a las escaleras. Esos eran los detalles importantes. Los superfluos, que la noble estaba tumbada en el centro de una sala y que la guardaespaldas estaba junto al timonel, también atada.
—Nuestra prioridad debe ser el marinero. ¿Alguna sugerencia?
—Sí —dijo Datsue, rápidamente—. Primero de todo, si queréis que haga esto con vosotros, el timonel no es nuestra prioridad… Es nuestro único y jodido objetivo —remarcó, en susurros—. Nada de heroísmos ni tonterías, o estamos muertos —dudaba que ninguno de los dos fuese a tener de pronto un ataque de estupidez, pero quería asegurarse—. Y, segundo… Sí, tengo una idea.
Ya la había estado perfilando en su cabeza desde el momento en que Akame se había ido a inspeccionar. Según su punto de vista, solo había dos opciones: un ataque sorpresa, directo y de frente, en el que uno de ellos liberaba al timonel mientras el resto contenía a los enemigos; o, infiltrarse, y esperar el momento adecuado para atacar. El Uchiha, envalentonado pero fiel a su naturaleza, prefería la segunda opción. La más cauta.
Se agachó junto al cadáver y examinó sus ropas y facciones, su figura, su constitución y altura… Luego, realizó unos simples sellos y… ¡pluf! Ahora Datsue era la viva imagen de la encapuchada que Akame había asesinado.
—Lástima que no haya oído el timbre de su voz. —Nada más oír la nueva voz que había adoptado, la piel se le puso de gallina. No lo había hecho aposta, ni siquiera sabía por qué razón la había escogido, pero de pronto se sintió en calma, como si estuviese en la seguridad de su hogar. Sintió que de verdad podían superar aquello. Akame la reconoció en seguida…
… era la difunta voz de Shiona.
—Escuchadme —continuó, y la autoridad de la que solía hacer gala la Uzukage pareció traspasar su alma y reflejarse en el tono de su voz—. Os haréis los inconscientes y os llevaré arrastro hasta abajo. Fingiremos que os he atrapado y os tiraré junto al timonel… No sé cómo reaccionarán, pero esperaréis hasta el momento adecuado para liberarle y salir por patas. Seguramente no tengáis ni que esperar, porque en cuanto tenga que abrir la boca me delataré por la voz. Intentaré compraros el mayor tiempo posible, no obstante, pero no confiéis en que sea mucho.
»Si tenéis alguna idea mejor… Es el momento de decirla.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado