30/07/2017, 19:31
—Bien. —La modificación que había hecho Akame sobre su plan lo volvía más sencillo. Y un plan sencillo era, en la mayoría de los casos, también más efectivo—. Me parece bien.
Tomó la bomba de luz que le ofrecía Akame y a mayores cogió la suya propia, sellada en la palma de su mano izquierda. Las mangas de la túnica cubrían sus manos y ocultaban las diminutas esferas de papel. Todo parecía en orden.
—Tras el fuego, lanzaré una bomba de humo a las escaleras, mientras estemos subiendo —añadió, a la sugerencia de Akame—, y de paso tiraré un paquete de makabishi… Por si alguno resiste y viene tras nosotros. Asegúrate de ir delante de mí —advirtió, a Akame.
Todo eran bonitas y valientes palabras. Pero a la hora de la verdad, cuando el silencio se hizo y Datsue tuvo que emprender el camino, esta vez a la vanguardia, el pulso le volvió a temblar. Una cosa era decir el plan, y otra cosa muy distinta ejecutarlo. «No pienses o estás perdido. No pienses, no pienses… Solo actúa. Un paso. Otro paso. Eso es. Ahora otro… y contén el aliento. La madre que me parió, ¡contén el aliento!»
Creyó que le iba a estallar el corazón. Creyó que sus escandalosos latidos le delatarían. Pero no había vuelta atrás. Ahora solo quedaba avanzar. Un paso. Otro paso, y…
… ahí estaba. Tal y como había dicho Akame. El timonel a la derecha, la mesa en el centro, y seis figuras envueltas en una túnica oscura. Sintió que se mareaba en el acto. Todo le daba vueltas y le costaba pensar con claridad. Iba a morir. Iba a morir como aquel joven compañero, llamado Haskoz, lo había hecho meses atrás. Iba a morir como Shiona. Iba a…
«No pienses, solo actúa. Solo actúa, solo actúa, ¡solo actúa!» Sus brazos se cruzaron en un rápido movimiento, y de sus manos salieron disparadas en direcciones opuestas las bombas de luz, al mismo tiempo que el Uchiha cerraba los ojos.
Estaba hecho, y no pudo contenerse por más tiempo:
—¡Hijos de puta, soy Datsue el Intrépido! ¡CONMIGO NO SE JODE!
Tomó la bomba de luz que le ofrecía Akame y a mayores cogió la suya propia, sellada en la palma de su mano izquierda. Las mangas de la túnica cubrían sus manos y ocultaban las diminutas esferas de papel. Todo parecía en orden.
—Tras el fuego, lanzaré una bomba de humo a las escaleras, mientras estemos subiendo —añadió, a la sugerencia de Akame—, y de paso tiraré un paquete de makabishi… Por si alguno resiste y viene tras nosotros. Asegúrate de ir delante de mí —advirtió, a Akame.
Todo eran bonitas y valientes palabras. Pero a la hora de la verdad, cuando el silencio se hizo y Datsue tuvo que emprender el camino, esta vez a la vanguardia, el pulso le volvió a temblar. Una cosa era decir el plan, y otra cosa muy distinta ejecutarlo. «No pienses o estás perdido. No pienses, no pienses… Solo actúa. Un paso. Otro paso. Eso es. Ahora otro… y contén el aliento. La madre que me parió, ¡contén el aliento!»
Creyó que le iba a estallar el corazón. Creyó que sus escandalosos latidos le delatarían. Pero no había vuelta atrás. Ahora solo quedaba avanzar. Un paso. Otro paso, y…
… ahí estaba. Tal y como había dicho Akame. El timonel a la derecha, la mesa en el centro, y seis figuras envueltas en una túnica oscura. Sintió que se mareaba en el acto. Todo le daba vueltas y le costaba pensar con claridad. Iba a morir. Iba a morir como aquel joven compañero, llamado Haskoz, lo había hecho meses atrás. Iba a morir como Shiona. Iba a…
«No pienses, solo actúa. Solo actúa, solo actúa, ¡solo actúa!» Sus brazos se cruzaron en un rápido movimiento, y de sus manos salieron disparadas en direcciones opuestas las bombas de luz, al mismo tiempo que el Uchiha cerraba los ojos.
Estaba hecho, y no pudo contenerse por más tiempo:
—¡Hijos de puta, soy Datsue el Intrépido! ¡CONMIGO NO SE JODE!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado